Las constantes amenazas del Gobierno en Catalunya —ahora— por el referéndum del 1-O, las visitas de la Guardia Civil a los funcionarios, a las empresas de urnas y al Teatro Nacional de Catalunya (TNC), y las incógnitas de los de Mariano Rajoy asegurando que tienen un plan para el 2-O sin precisar cuál, han calentado los ánimos del Govern y, precisamente por eso, el vicepresidente Oriol Junqueras ha querido hacer un llamamiento a la ciudadanía a no normalizar esta represión que considera que "no puede ser infinita por parte del Estado español".

Así lo ha expuesto en El món a RAC1, donde ha querido calmar los ánimos de los catalanes asegurando que "el hecho de que la comunidad internacional no posicione en el caso catalán entra dentro de la normalidad más absoluta" y "ha propuesto poner bastante democracia para que [la represión] acabe encontrando su propio límite".

Recordando, pues, que "el Estado impide un ejercicio garantizado por el derecho internacional", el también conseller de Economía ha recordado que "en ningún lugar están prohibidos los referéndums" y ha subrayado que es por este motivo que declara: "No nos podemos resignar a normalizar la vía de la amenaza constante contra la voluntad de votar" y ha señalado que todo el mundo se tendría que indignar.

La conspiración

Visiblemente agotado ya porque mientras están teniendo lugar las comisiones de investigación sobre la operación Catalunya —aparte de otros como la de la financiación del PP—, eso desde el Estado prácticamente se ignora y solo ponen el foco a cómo vetar el mandato democrático del Govern y definir el plan para el 2-O, Junqueras se ha cuestionado "si prefieren que hable de cloacas", en vez de urnas, y ha recordado: "En una semana he pasado de ser la encarnación del diálogo a ser el máximo responsable de la conspiración".

"Normalizar la vía de la amenaza contra la voluntad de votar" es, según su opinión, motivo suficiente para que todo el mundo se indigne porque, ha declarado queriendo dejar bien claro: "No nos podemos permitir el lujo de acobardarnos delante de eso", ni tampoco de sucumbir al insulto, a la amenaza y al menosprecio". Justamente por todo ello, el vicepresidente del Govern ha soltado una pregunta al aire: "Qué garantía tienen que eso no se ha hecho contra otros partidos, medios de comunicación o agentes económicos y sociales?".

El papel, pues, del Govern tiene que ser, según Junqueras, "proteger los más débiles de la amenaza de los que dicen que castigarán" porque este es "el compromiso de cualquier demócrata".