Los comisarios Ferran López y Joan Carles Molinero, las dos manos derechas del mayor, Josep Lluís Trapero, aterrizan este miércoles en la octava semana del juicio en el procés.

El Tribunal Supremo los cita justo antes de empezar la retahíla de policías españoles que relatarán con pelos y señales con qué se encontraron el 1 de octubre en los puntos de votación con que los obligó a actuar. Se espera que el relato no sea mucho diferentes de los de los Guardia Civiles. Esta semana tienen que declarar ya una cuarentena de policías españoles.

El preludio es la versión de los Mossos d'Esquadra con la voz de Ferran López y Joan Carles Molinero, los dos imputados por la Audiencia Nacional en la misma causa que Trapero.

Ferran López fue el hombre de Trapero al mismo tiempo de negociar y asistir a las reuniones con Diego Pérez de los Cobos. Es también quien propuso los binomios en las reuniones prevías al 1 de octubre donde la policía de Catalunya va presentar su dispositivo, a diferencia de los otros dos cuerpos policiales. Y también es quien tuvo que coger la dirección del cuerpo durante el 155 nombrado por el Ministro de Interior Juan Ignacio Zoido.

En su declaración en el Tribunal Supremo durante la instrucción, ante Pablo Llarena, como testigo, ya argumentó que Joaquim Forn no dio ninguna instrucción en los Mossos d'Esquadra. Y explicó con detalle cómo se había diseñado todo el dispositivo, con el cual Diego Pérez de los Cobos estaba de acuerdo y que nunca objetó. Por lo tanto, de López se espera exactamente el mismo relato y que refuerce la versión del mayor Josep Lluís Trapero del 14 de marzo durante el mismo juicio.

López también explicará cómo fueron las reuniones con el Gobierno, cómo advirtieron los Mossos a Carles Puigdemont, y cómo este les dijo que hicieran lo que tenían que hacer. Y eso querría decir tirar por el suelo de nuevo el brazo armado de la rebelión. Sin Mossos no hay alzamiento ni delito.

El aval de Pérez de los Cobos en el dispositivo

Diego Pérez de los Cobos avala la propuesta de Ferran López consensuada en la prefectura de los Mossos. Y se diseñan dos fases. La primera prevé la intervención de los Mossos d'Esquadra todos los centros de votación, 2.300 puntos en total. La segunda, que en casos de hostilidad, sean los Mossos los que requieran la presencia de la Guardia Civil y el CNP, que en aquel momento tenía muchos más efectivos en Catalunya que los Mossos, que no sumaban más de 1.000 agentes de orden público.

Durante la sesión de este martes ha quedado claro que la decisión de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado de actuar por la fuerza estaba tomada de antes. Los testigos han corroborado que no hubo briefing.

Molinero y el plan sorpresa de la policía española

Los Mossos d'Esquadra no sabían cuál sería el dispositivo previsto por la Guardia Civil y el CNP para el 1 de octubre. Conocieron la presencia policial de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en los colegios electorales por los binomios de Mossos que había a cada centro y se enteraron de las cargas por los medios de comunicación.

Eso es lo que explicó Joan Carles Molinero en su declaración como testigo delante de Llarena y eso es lo que se espera que vuelva a explicar este miércoles.

El comisario también explica que no recibieron nunca órdenes del Gobierno ni del conseller Joaquim Forn para montar el dispositivo. Tampoco los hicieron ninguna objeción cuando los Mossos comunicaron que estaban molestos por las declaraciones políticas sobre que el cuerpo garantizaría el referéndum y que acatarían las órdenes de la fiscalía y el TSJC, corroborando la versión de Trapero.