Día para desacreditar a los Mossos d'Esquadra, a su major Josep Lluís Trapero y para situar la violencia nuevamente en el estrado.

Enric Millo, que fue delegado del Gobierno en Catalunya, ha venido al Tribunal Supremo con una misión: demostrar la violencia. Y quien fuera el coordinador del operativo del 1-O, el coronel Diego Pérez de los Cobos, con otra: demostrar que Trapero fue el colaborador necesario para sacar adelante el referéndum.

Todo el testimonio de Millo, de dos horas, ante las preguntas de la fiscalía, la abogacía del Estado y Vox ha ido encauzando el relato de la violencia, que tendría que avalar el delito de rebelión. Después de afirmar que durante varios días hubo actos violentos, incluso el 11 de septiembre, se ha quedado en blanco a preguntas de las defensas sin poder concretar ninguna acción.

"Se concentraban grupos muy numerosos de personas. Yo llegué a contar más de 100 o 150 acciones diferentes en diferentes municipios delante de diferentes edificios públicos, cuarteles de la Guardia Civil, con lanzamiento de objetos, incluso objetos incendiarios", ha dicho Millo, que ha insistido en que "se generó un clima que en el día a día, allí donde había una acción policial, aparecía un grupo de personas para asediar, amenazar y agredir directamente vehículos y personas" hasta asegurar que "no se puede negar que algunos CDR son violentos" y que estaban movidos por las órdenes de la ACN y Òmnium Cultural, para vincular así a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

Todo el relato que ha expuesto a lo largo de dos horas se ha desmontado en la segunda parte del interrogatorio cuando las defensas han intentado que Millo detallara qué actos violentos hubo.

El primero a embestir ha sido el abogado de Oriol Junqueras, Andreu Van den Eynde, que ha dejado al descubierto a Enric Millo cuando no ha podido hablar de ningún acto violento de todos los que había estado denunciando a lo largo de casi tres horas y media de declaración.

Sólo ha podido enumerar la pintada que le hicieron y tampoco ha podido concretar a quien le hizo. Lo que sí que ha explicado es quién la borró: su hija.

Benet Salellas, en representación de Jordi Cuixart, ha atado corto a Millo cuando le ha hecho enumerar los objetos incendiarios y lo ha hecho entrar en contradicción con el caso de Marta Torrecillas.

Enric Millo tampoco ha podido concretar los actos violentos cuando se lo ha preguntado Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez, y ha entrado en contradicción con su acusación a los CDR.

Tampoco ha podido demostrar que los Mossos no impidieron el referéndum y ha tenido que admitir que el major Josep Lluís Trapero dijo que cumpliría el mandato judicial del TSJC a preguntas del abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero.

La relación con el major Trapero fue siempre difícil

La tarde ha sido para Diego Pérez de los Cobos que ha ido al ataque directo contra el major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero.

Sobre la efectividad de los Mossos cerrando colegios, el coronel lo ha puesto en duda y ha sugerido que alguien ha mentido rematando la intervención que fue una "actividad de pasividad" y apuntando que incluso entraron en confrontación con los agentes policiales españoles: "Hay 11 o 12 casos donde los Mossos intentaron impedir la actuación de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad".

Y sin ningún tipo de problema ha llegado a decir que se hicieron escudos humanos con los niños.

Pérez de los Cobos no ha acabado la declaración. Seguirá mañana a las 9.30 horas y tendrá que responder a Andreu Van den Eynde y Jordi Pina.