Dos años después de los hechos, el caso de acoso por parte de un periodista de OK Diario, Alejandro Entrambasaguas, contra los gemelos de Pablo Iglesias e Irene Montero ha llegado a juicio. Esta mañana, la actual ministra de Igualdad del Gobierno y el exvicepresidente del mismo han relatado el presunto acoso a sus hijos entre los meses de noviembre y diciembre de 2019, asegurando que llegaron a temer por su seguridad porque no sabían hasta dónde llegaría el periodista. Por este motivo, decidieron cambiar de escuela infantil y los llevaron al jardín de infancia del Congreso, donde los dos trabajaban. Así lo han explicado ante el titular del Juzgado de lo Penal 30 de Madrid, donde Entrambasaguas se ha sentado en el banquillo de los acusados. La Fiscalía pide un año de prisión para él. La empresa titular del diario Dos Mil Palabras S.L, comparece como posible responsable civil subsidiaria mientras que el polémico periodista y director de OK Diario Eduardo Inda, con quien Iglesias se ha enfrentado en varios platós de televisión, está llamado a declarar como testigo.

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El acusado, Alejandro Entrambasaguas, declara al juicio / Efe

Según él mismo ha detallado, el periodista solamente tenía la intención de comprobar si la denominada "madre de día", profesionales de la educación infantil con formación específica que cuidan de un grupo reducido de niños en su casa, que se encargaba de los hijos de Iglesias y Montero a una urbanización de Galapagar ejercía de manera legal. Entrambasaguas consideraba que si fuera ilegal, y los dos niños asistieran, podría ser un caso mediáticamente relevante. En su relato, el periodista ha asegurado que fue hasta cuatro golpes por intentar hablar con la mujer, pero que "nunca" quiso acercarse a los niños ni pidió información sobre ellos a nadie. Además, ha reconocido que le pidió a una vecina de la madre de día que quería informarse sobre la "madre de día" para su sobrino y que mintió a un escolta de Iglesias, diciendo que solamente era un estudiante de derecho.

Se sentía "perseguida"

Su testimonio contrasta con el de la cuidadora, Bárbara de la Cueva, que después de ser acosada renunció a seguir encargándose de los niños. En su declaración, la mujer ha explicado que la primera vez que el periodista intentó ponerse en contacto con ella fue a través del portero automático y le preguntó si aquello era una guardería. Las situaciones de acoso fueron en aumento. Durante la semana siguiente, Entrambasaguas habría ido a la zona del jardín de su bloque de pisos, donde la cuidadora lo vio. En aquel momento, no había los Iglesias Montero pero si sus hijos de la mujer. A partir de este momento dejó de ir a los parques y decidió cambiar la hora de entrega de los niños. También se intensificaron las llamadas, que nunca llegó a coger porque intuía que era un periodista.

En su relato, de la Cueva ha contado que decidió dejar de cuidar de los niños por el acoso del periodista, que perjudicaba a los otros niños de la urbanización. Contradiciendo en Entrambasaguas, la mujer ha asegurado que "no sabía por dónde podía salir" y que lo pasó mal, ya que se sentía "perseguida". "Me daba miedo que les hicieran fotos o nos persiguieran y no poder atenderlos. Hice el que pude, pero no eran condiciones normales para ejercer trabajar".

Niños prematuros

Por su parte, la madre de los niños, Irene Montero, ha declarado que decidió llevar a los dos niños a esta cuidadora porque necesitaban ser atendidos en un sitio "muy controlado", con pocos compañeros, ya que al ser prematuros tenían un riesgo mucho más elevado de sufrir infecciones respiratorias. En la sala, la ministra ha asegurado que el periodista "iba a por los niños" y ha cifrado en más de setenta las llamadas del periodista a la cuidadora. "Sentimos miedo, temor, angustia y ansiedad," ha expuesto Montero, ya que "la situación no paraba sino que se reproducía". Finalmente, los padres les decidieron llevar al jardín de infancia del Congreso por "seguridad".

En esta misma línea, Pablo Iglesias ha relatado la situación "muy angustiante" que sufrieron aquellos dos meses, en los que él llegó a ver a Alejandro Entrambasaguas en una ocasión, dentro de un coche. Ante esta situación sus escoltas le dijeron que el joven había asegurado que era un estudiante de Derecho y no podían hacer nada más que vigilarlo. Además, a la cuidadora la habría llamado varias veces "muy nerviosa y agobiada", porque había recibido muchas llamadas.