Una parte de la prensa estatal se está frotando las manos con el juicio por el 9-N, que ya dan por hecha la sentencia y ven garantizada la inhabilitación de Artur Mas, Joana Ortega y Irene Rigau. A la recta final del juicio, los testigos "empiezan a desmontar la estrategia de las defensas del expresident y las exconselleres" y asegura -sin conocer el veredicto final del tribunal- "ni la consulta del 9-N fue legal, ni la organizaron en exclusiva los voluntarios".

Así lo pone de manifiesto el ABC en un artículo titulado "Los testigos y las pruebas de la Fiscalía desmontan la defensa de Mas", donde resta importancia a la movilización del lunes, día del pistoletazo de salida del juicio, y asegura que "las proclamas, las banderas, los discursos épicos del primer día han dado paso a unas jornadas de contenido más técnico [...], más esclarecedor para conocer el verdadero alcance penal de la conducta de los encausados".

Las defensas de Mas, Ortega y Rigau "no tienen nada de heroísmo", según el rotativo citado, que, en otro artículo, aprovecha para tildar a los catalanes favorables al proceso de "hispanos del viejo Reino de Aragón". En este escrito, Ramón Pérez Maura encuentra "incomprensible" la insistencia en el proceso "porque sus probabilidades de alcanzar los objetivos deseados son tan remotas como inverosímiles".

La senyera, en portada

Pocas veces se podrá ver la portada del ABC con una senyera gigante, que sirve de fondo a una especie de historia sobre el proceso explicada con fotografías de los líderes soberanistas en forma de viñeta bajo el título "El proceso, un día cualquiera".

Denuncian que "los líderes del secesionismo acreditan a diario con sus actos, tan graves como delirantes, su menosprecio a la ley y a los catalanes" y "aseguran" que "el independentismo catalán necesita desesperadamente comparecer ante del mundo como un pueblo oprimido en el que no se respeta la democracia".

Como que, aseguran, España sabe que eso no es verdad, "la Generalitat ha hecho un gran esfuerzo por atraer a todos los observadores extranjeros al proceso".

Utilizar la fuerza

El Mundo rompe con el argumento de que sería bueno aplicar el artículo 155 de la Constitución porque considera que desde el 20 de septiembre del 2012, el día en que Mas se plantó a la Moncloa con su propuesta de pacto fiscal, hay muchas más personas que reivindican que el Estado asuma las competencias de Catalunya, pero que eso "sería tan catastrófico para las dos partes que, probablemente, es implanteable".

Ahora bien. Precisamente por eso pone de relieve que "el independentismo tendrá que claudicar de sus postulados más radicales", aparte de porque "a Catalunya le va muy bien dentro de España". En este artículo, titulado "La política o la fuerza en Catalunya", el medio mencionado compara la situación actual con el Govern de Jordi Pujol de hace 33 años, cuando el expresident "se envolvía con la bandera para defenderse de un problema personal con la Justicia".

Según su opinión, lo que ha cambiado desde entonces es que ahora se ha cambiado la bandera por la estelada, así como que "ahora tenemos la sensación que el choque de trenes entre la Generalitat de Catalunya y el gobierno central se acerca inexorablemente".

Homs y Pilato

La Razón va un paso más allá y centra su atención en la declaración del portavoz del PDeCAT en el Congreso, Francesc Homs, a quien compara con Poncio Pilato porque considera que aplica su frase "nada es verdad ni mentira" a rajatabla y carga contra él por haber abordado el fiscal en la salida para decirle: "Qué lástima que no me hayas preguntado, te hubiera podido contestar".

En otro artículo, sueltan que "podría dedicar cantidad de calificativos a la actitud ante los magistrados del TSJC" de Mas, Ortega y Rigau, pero asegura que no lo hará, mientras se pregunta si "de verdad se piensan tener credibilidad al manifestar desconocimiento de vulnerar la Ley cuando decidieron organizar el referéndum desobedeciendo las órdenes del Tribunal Constitucional".

Justamente por eso, emplaza a los "acusados" a dejar "las risas para las comedias" y no por los jueces y los ciudadanos y los pide "un poco de seriedad" porque considera que "el espectáculo montado entorno a su comparecencia judicial da para mucho".