La Audiencia Nacional ha ordenado este lunes el registro del domicilio de Gonzalo Boye. Ha sido la jueza María Tardón quien ha ordenado investigar al abogado de Carles Puigdemont y Quim Torra por una presunta operación de blanqueo de capitales. Tardón ocupó el año pasado la vacante dejada por Carmen Lamela, la magistrada que inició la causa contra los dirigentes independentistas en el tribunal de excepción. Pero no solo eso: también ha utilizado la puerta giratoria entre la política y el poder judicial. Incluso fue consejera en Caja Madrid.

En medio de una dilatada carrera judicial, María Tardón Olmos decidió probar suerte en la política. Fue como independiente en las listas del PP al Ayuntamiento de Madrid el año 1999. No solo fue escogida, sino que ocupó la tercera tenencia de alcaldía y fue la responsable de las áreas de policía municipal, Protección Civil y Atención Social. El alcalde era José María Álvarez del Manzano. Al cabo de cuatro años, volvió a la carrera judicial sin muchos obstáculos. Entre 2003 y 2005 también fue consejera general en la asamblea de Caja Madrid, bajo la presidencia de Miguel Blesa. Este último, condenado por el caso de las tarjetas black a seis años de prisión, terminaría suicidándose.

La magistrada, nacida en Segovia, cuenta con una dilatada carrera judicial, que empezó en 1987, cuando aprobó las oposiciones a jueza de distrito. Primero fue destinada a los juzgados de Carolina (Jaén), desde donde pasó al juzgado de lo penal número 3 de Palma y el juzgado de instrucción número 11 de Madrid. En 1995, ya en la capital del Estado, se convirtió en la primera mujer en la historia de España que fue escogida portavoz de una asociación judicial, en este caso la Asociación Judicial Francisco de Victoria. Pero lo dejó cuando decidió probar suerte en la política.

En 2003, una vez finalizada la legislatura, volvió a la carrera judicial sin demasiados problemas desde la Audiencia Provincial de Madrid, como presidenta de la sección 27, especializada en violencia de género. Allí ejerció hasta octubre del año pasado. Siendo la miembro con más antigüedad —30 años y seis meses—, María Tardón fue escogida para ocupar la vacante de titular del juzgado central de instrucción 3 del Audiencia Nacional. Es la plaza que dejó libre a la magistrada Carmen Lamela, que entró como magistrada en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, la sala que ha juzgado a los presos políticos. Inicialmente la causa contra los dirigentes políticos por rebelión recayó en manos de Lamela, aún magistrada de la AN, que decretó la prisión provisional sin fianza.