"No habrá tensión policial". Eso es lo que desvelan los mensajes que el portavoz de JuntsxCat, Jordi Sànchez, intercambió con representantes del Gobierno pocos días antes de la celebración del referéndum.

Lo publica hoy La Vanguardia, que asegura que Sànchez explicó ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena el 11 de enero que "hubo muchas conversaciones, durante aquellos días, algunas de ellas con representantes del Gobierno de España, concretamente el 30 de septiembre".

El expresidente de la ANC añadía que "estas conversaciones están en mensajes telefónicos guardados" y aseguraba que "no hacían prever en ningún caso lo que pasó el 1 de octubre" porque, además, ponía de relieve que "son conversaciones privadas que a mí me hacían prever que podía haber alguna tensión, podía haber algún altercado pero no lo que pasó el 1-O".

En otros audios también se oye a Sànchez afirmando que siempre ha estado en contra de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) y subrayando que la mayoría de JuntsxCat tampoco la contemplan. "Mi opinión sobre la DUI hoy es la misma que tuve cuando fui elegido presidente de la Asamblea", recordaba al portavoz de JuntsxCat, al mismo tiempo que apuntaba: "Yo ya dije que el día 27 de septiembre no se votaba para hacer una DUI. Este no es el recorrido, no es el camino. Eso lo dije cuando fui nombrado presidente de la ANC y no hoy que estoy en Soto del Real. Mi opinión sobre la Declaración Unilateral de Independencia ha sido siempre la misma, no ha variado".

En estos audios también se puede oír a Sànchez asegurando que el teniente de la Guardia Civil sabía que tanto él como Jordi Cuixart subirían a sus coches "para dirigirnos" a la gente concentrada, pero aun así el fiscal insistía en que "se liaría parda".

Sànchez también pide su salida de la cárcel para poder demostrar que no quiere saltarse la legalidad española, mientras asegura que es el Gobierno el responsable de esta situación.

"Le planteo [mi libertad] con una cierta conciencia que si usted no permite mi salida en libertad, con las condiciones que considere oportunas, no sé cómo puedo demostrar desde Soto del Real lo que usted plantea, que hay que demostrar una actitud. No sé como hacerlo", se puede oír.

Unas declaraciones que escuchó Llarena, que ayer volvió a denegar su puesta en libertad y le reprochó que no haya renunciado al escaño.