El secretario general de la Juventut Nacionalista de Catalunya (JNC), Sergi Miquel, ha valorado los cambios en el Govern materializados la semana pasada. En una entrevista con la ACN, el también diputado del Partit Demòcrata (PDeCAT) en el Congreso ha opinado que "a veces con los de casa somos más exigentes que con el resto", sobre el hecho de que los cuatro consellers salientes del ejecutivo -Jordi Baiget, Neus Munté, Jordi Jané y Meritxell Ruiz- sean del PDeCAT.

Por otra parte, Miquel ha sentenciado que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es "hipócrita" al no defender el carácter vinculante del referéndum, después de haberse puesto "a la cabeza de determinados movimientos" en que defendía salir y romper la ley "costara lo que costara".

Sobre los cambios en varias conselleries del Govern, Miquel ha dicho que "quizás la crisis de confianza con los de casa existía de una manera, y con los de Esquerra no la había". En este sentido, el líder de las juventudes vinculadas al PDeCAT ha añadido que él prefería a un ejecutivo con una "confianza en bloque" para llegar "hasta el final".

Pero, al mismo tiempo, ha defendido los cambios, aunque todos fueran del Partit Demòcrata, ya que así lo ha considerado necesario el president de la Generalitat, Carles Puigdemont. "Intento no leerlo como un ataque al PDeCAT, entre otras cosas porque el president es del partido, y por lo tanto sería muy extraño. No es una falta de compromiso sino que de confianza", ha aseverado.

No se alargará el "procesismo"

Con respecto a la logística del referéndum, Miquel ha dado plena confianza al ejecutivo para comprar las urnas "cuando lo crea oportuno", y ha apuntado que él no tiene "prisa". Por otra parte, y preguntado sobre si la Ley de transitoriedad se podría aprobar antes del 1-O, Miquel ha asegurado que "como menos condicionantes y menos presión tenga el referéndum, mejor". Para el diputado en el Congreso, "tiene lógica" que esta normativa se active en caso de una victoria del 'sí', y que aprobarla sin este aval "es extraño".

El secretario general de la JNC ha insistido que si el 1-O gana el 'sí', en 48 horas "se activarán una serie de cosas" que harán que "no haya margen para dilatar el 'procesismo' ni para alargar nada". Esta es, para Miquel, la gran diferencia entre el referéndum de octubre y el proceso participativo del 9-N de 2014.

Las bases de los comuns "pasarán por encima" de la dirección

En otro ámbito, el líder de la JNC ha criticado que Colau se quede "en la silla sin mojarse ni tomar partido" sobre el referéndum, y ha constatado que es "absolutamente complicado" que en menos de 50 años se produzca el cambio en el Estado que los comunes reclaman. "Si miro la foto del Congreso te das cuenta de que no hay margen para hacer absolutamente nada de lo que prevén", ha reiterado Miquel, que se ha mostrado convencido de que las bases de Catalunya en Comú y de Podem sí irán a votar y ven que el 1-O será vinculante.

Para el diputado del PDeCAT, los votantes "no son tan calculadores como la dirección, que quiere ganar elecciones", y por eso ha pronosticado que aunque Colau y Xavier Domènech no defiendan "de manera desacomplejada" el 1-O como una votación vinculante, "las bases les pasarán por encima".

La reacción del Estado

Por otra parte, Miquel también ha hablado de la posibilidad de que el Estado se plantee forzar unas elecciones anticipadas en Catalunya, tal como dejó entrever el delegado español, Enric Millo. Si eso pasa, "el Parlament tendrá que tomar una reacción contundente y marcar un posicionamiento claro, porque no se puede permitir que el Gobierno español pisotee un proceso natural y democrático".

Según el jefe de filas de la JNC, esta medida activaría unos procesos que requerirían una movilización de los ayuntamientos, aunque para Miquel los consistorios "están más para que Catalunya decida su futuro el 1-O, y no por unas elecciones anticipadas y forzadas por el Gobierno español".

Además, el secretario general de la JNC ha añadido que, a ojos de Europa, esta medida daría una mala imagen del Estado y le haría "un flaco favor". "No creo que haya una mayoría de españoles para meter España y Catalunya en una situación como esta", ha concluido.