Poco a poco, Ada Colau se adapta al sistema. La mejor prueba fue el hecho de aceptar ser investida alcaldesa con los votos de Manuel Valls, que tenía como único objetivo que ERC, que ganó las elecciones, no se hiciera con el control del Ayuntamiento de Barcelona.

El resultado final ha sido un gobierno de coalición entre Barcelona en Comú y el PSC, que se han repartido las responsabilidades a partes iguales. Los socialistas se han quedado con dos de las áreas más problemáticas: seguridad y turismo. Más allá de eso, el nuevo mandato que arrancó con el pleno de cartapacio de esta lunes, deja otra novedad cuando menos significativa. Colau ha cambiado de cabeza de gabinete. Manu Simarro, que la ha acompañado los últimos cuatro años ha decidido volver a hacer de periodista. Su `puesto lo ocupará un viejo conocido de la política, Alex Masllorens, un histórico exdiputado del PSC. Durante el anterior mandato, Masllorens entró en el equipo de los comunes para hacer de jefe de gabinete de Gerardo Pisarello. Desde la oposición, celebran el nombramiento. Quienes le han visto trabajar aseguran que se le dan bien las tareas de fontanería.