Los resultados de las elecciones en Castilla y León han marcado la irrupción de las candidaturas de la España vaciada, por el buen resultado de la Unión del Pueblo Leonés (UPN) y Soria Ya. UPN, que tenía actualmente 1 escaño al legislativo y que reivindica la separación autonómica de León, ha pasado a los 3 escaños y equipara así sus mejores resultados históricos, mientras que Soria Ya ha entrado por primera vez en la cámara con también 3 escaños. Por Ávila (XAV), que ya tenía un diputado, lo mantiene. El proceso iniciado con Teruel Existe parece que ha arraigado en Castilla y León, y según los resultados habría afectado más a los socialistas que al PP. UPL ha recibido con gran satisfacción la mejora de su representación. "Va mejor que bien", ha indicado sin ambages un dirigente del partido, que ha advertido del avance de la formación en municipios donde el leonesismo a duras penas tenía peso político hasta ahora.

Las elecciones las ha ganado el PP, a diferencia de las del 2019 en que se impuso el PSOE, y lo han valorado con optimismo. Pablo Montesinos, vicesecretario de comunicación del PP, ha sido el primero a analizar los resultados que apuntaban la victoria en el partido con 31 parlamentarios. "Nosotros queremos gobernar con las manos libres para hacer el programa de reformas que Castilla y León sigue necesitando", ha indicado. En cambio, desde el PSOE, que ha perdido a 7 diputados, pedían prudencia y esperar hasta el final. Eso sí, el presidente español y secretario general socialista Pedro Sánchez ha optado por quedarse en el palacio de La Moncloa y no desplazarse hasta el cuartel general de Ferraz. Ha hecho bien: con el avance del escrutinio sólo se han confirmado los buenos augurios de los populares mientras el CIS, que daba la victoria a los socialistas, ha sufrido un revolcón.

El país de Aznar

 

Los castellanoleoneses no están acostumbrados a muchos cambios políticos. Sin ir más lejos, estas eran las primeras elecciones anticipadas que se celebran en la comunidad. Este conservadurismo característico también ha otorgado al Partido Popular un feudo seguro desde la presidencia de José María Aznar en 1987. Treinta y cinco años después, los populares empiezan a perder fuerza en Castilla y León, però más pierde el PSOE. En el 2019, Mañueco alcanzó el peor resultado electoral de la historia en unos comicios que ganó el PSOE, pero consiguió gobernar gracias al pacto con Cs. El punto de inflexión llegó a mediados del año pasado, cuando ambos socios se acusaron mutuamente de traición y todo se acabó torciendo a raíz de la moción de censura fallida de Cs y el PSOE contra Mañueco, que a su vez estuvo inspirada en la de Murcia.