La falta de gestos de Pedro Sánchez hacia sus posibles aliados, Unidas Podemos y los partidos independentistas, ha sobrevolado el Congreso de los Diputados después de su discurso. La estupefacción ha sido máxima, incluso entre la oposición. Así se lo ha reprochado el líder del PP, Pablo Casado, en su réplica este lunes por la tarde. "¿Se avergüenza de ellos? ¿Prefiere que se note un poco menos?", le ha preguntado. "No quiere ver el elefante morado con un gran lazo amarillo en la habitación", le ha espetado. Ha insinuado que su silencio tiene que ver con un supuesto programa oculto para Catalunya.

El dirigente popular y líder de la oposición ha sido el encargado de abrir el debate de investidura después de la intervención de Sánchez. Y durante su intervención ha querido advertir sobre la posible alianza. "Cuando acabe esta sesión, tendrá demasiados acreedores en su puerta y no va a poder pagar", ha afirmado. "Si cumple con ellos, rompe con España. Con los radicales puede ser investido, pero no puede gobernar", ha insistido.

En este contexto, Casado ha denunciado que Sánchez "no ha dicho nada sobre Catalunya" y le ha querido recordar que "ha sido presidente con alianzas contra el Estado, con formaciones políticas que continúan instaladas en la ilegalidad". Y ha insinuado que "se ha guardado todas las cartas en la manga", haciendo referencia a hipotéticos indultos a los presos políticos en caso de condena.

Del mismo modo, el dirigente conservador le ha reprochado su silencio sobre los "espías lingüísticos" en las escuelas catalanas, la "propaganda" en la televisión pública catalana o que no haya dicho nada sobre la propuesta del PP para volver a penalizar la convocatoria ilegal de referéndum. "¿Por qué no ha dicho nada?", le ha preguntado, que también le ha interrogado sobre qué ha pasado con la declaración de Pedralbes. "El señor Torra dijo que habían acordado resolver el conflicto con mecanismos políticos", le ha reprochado. También ha criticado alianzas con "proetarras" en Navarra.

De este modo, el líder del PP ha vuelto a insistir en que, pese a los llamamientos reiterados de los socialistas, no pueden abstenerse para facilitar la investidura. En este sentido, le ha recordado que tanto él como Meritxell Batet y Manuel Cruz se opusieron frontalmente a la abstención socialista en la investidura de Mariano Rajoy en 2016.

Como en sus mítines de campaña, Casado ha vuelto a situar al PSOE "fuera del espacio del constitucionalismo". Le ha tendido la mano "para cuestiones de Estado", pero "no para hacer un gobierno contra el Estado".