La obsesión de Vox para acabar con el independentismo ha llegado hoy hasta el Congreso de los Diputados. La extrema derecha había registrado una modificación de la ley de partidos para ilegalizar a los partidos independentistas, aquellos que atenten contra la unidad de España. La cámara baja debatía este martes su toma en consideración, y finalmente será ampliamente rechazada por los diputados. Los parlamentarios del PP y Ciudadanos, sin embargo, se han puesto de perfil y se abstendrán. Esta norma afectaría hasta cinco formaciones con representación en las Cortes españolas: ERC, JxCat, la CUP, EH Bildu y el BNG. Y el partido de Santiago Abascal no cerraba la puerta al PNV.

La votación no tendrá lugar hasta esta noche, pero el resultado será el esperado: la propuesta naufragará con sólo 52 votos a favor. Vox se quedará solo en la cámara baja votando en contra, semiacompañados por las abstenciones del Partido Popular y Ciudadanos.

En su intervención ante el pleno del Congreso, el portavoz ultra Iván Espinosa de los Monteros ha justificado que "el nacionalismo es incompatible con la democracia". El dirigente de Vox ha hecho referencia a "referéndums ilegales" y "terrorismo", y ha asegurado que "una democracia tiene que tener los instrumentos para defenderse de quien la amenaza con medios públicos". Y ha concluido su speech hiperventilado: "Vale más tener cicatrices por intentarlo que la piel intacta por ser un cobarde. ¡Viva España!".

El independentismo catalán responde

Desde el independentismo catalán se ha respondido con contundencia. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha constatado que "los hijos de fascistas son más fascistas que sus padres". Ha denunciado que la actual ley de partido ya es "suficientemente reaccionaria" y ha recordado que fue aprobada, también, por la derecha catalana. En nombre de JxCat, Jaume Alonso-Cuevillas les ha instado a pedir la ilegalización de cualquier formación política: "Si permiten tanto pluralismo quizás sale un partido que defiende la democracia o que no comparta las ideas de la dictadura". La diputada cupera Mireia Vehí ha hecho una advertencia al Gobierno: "¿Se piensan que esto parará? Estos señores son un problema en un estado donde no ha habido limpieza democrática desde la dictadura".

Vascos y gallegos, también

Uno de los diputados más vehementes ha sido Aitor Esteban, que ha calificado a Vox de "peligro para la democracia". El portavoz del PNV en Madrid les ha interpelado directamente: "Lo único que les importa es la unidad del Estado español; si es una democracia, ya les da igual". La portavoz del PNV, Mertxe Aizpurua, ha replicado que se podría pedir su ilegalización: "Pero no la pediremos, será la propia sociedad vasca quien los desterrará para siempre". El diputado del BNG, Nestor Rego, ha denunciado que "quieren ganar con leyes y tribunales aquello que el pueblo no quiere".

Abstención de PP y Cs

El resto de la derecha, en cambio, se ha puesto de perfil. Si bien han sido críticos con la propuesta de Vox, el PP y Ciutadans han optado por la abstención. El popular José Antonio Bermúdez de Castro ha criticado que "pretenden ilegalizar a todas las fuerzas independentistas por el mero hecho de serlo", hecho que "va en contra la Constitución y la doctrina del TC". Guillermo Díaz, de Ciudadanos, se ha preguntado si "la solución es prohibir una idea per se". No obstante, los dos diputados han coincidido en la necesidad de regular la financiación pública para que no llegue a formaciones "como la CUP o Arran", o fijar un tope mínimo para impedir que lleguen en las Cortes españolas.