Un grupo de españolistas ha increpado esta tarde del jueves al abogado Gonzalo Boye en el aeropuerto de Amsterdam, lo que ha obligado a la policía holandesa a intervenir, según ha informado el president en el exilio, Carles Puigdemont, en la red. Los españolistas finalmente se han retirado, ante la presencia policial.

"Hace unos minutos, mi abogado Gonzalo Boye ha sido asediado por un grupo de nacionalistas españoles en el aeropuerto de Amsterdam, y le han gritado "Puigdemont a prisión". Gracias a la policía holandesa por intervenir. Los fanáticos, que actuaban como un grupo, se han retirado inmediatamente", ha señalado. Boye ha respondido al mensaje de Puigdemont indicando que eso no es la primera vez que sucede. "Pero escogen un sitio equivocado para expresar su odio... seguimos trabajando", ha añadido con actitud estoica.

El pasado mes de septiembre un españolista agredió a Puigdemont en el aeropuerto de Viena, cuando se disponía a tomar el avión para volver a Bruselas. Según explicó el mismo president, el individuo lo golpeó en el hombro mientras gritaba en castellano "¡a la cárcel!". "Y se ha ido deprisa sin tener la valentía de dar la cara", detalló. A pesar del incidente, Puigdemont no sufrió daños personales. El presidente atribuyó el ataque a que ni el rey Felipe VI ni el gobierno del PSOE y Podemos han "revertido" el a por ellos del 2017. "De aquí nace la impunidad que exhiben. Las decenas de denuncias que he puesto por amenazas de muerte nunca prosperan, porque ya se sabe que la justicia española trata a todo el mundo igual", añadió con ironía. Puigdemont también detalló que la Central European University de Viena recibió presiones españolas para que no pudiera dar una conferencia, pero el centro hizo caso omiso de ello, y el acto se pudo celebrar con normalidad.

Anteriormente, el año 2018 se produjo otro incidente en el aeropuerto de Copenhague, cuando otro españolista se acercó a Puigdemont y le hizo besar una bandera española que llevaba. El individuo vio que el president estaba sentado en una terraza, se acercó y le hizo besar la insignia. Puigdemont, con simpatía, hizo el gesto y dijo que personalmente no tiene ningún problema con España. El españolista se acabó marchando, pero también lo amenazó con la prisión si va a España.