El no a la reforma laboral de Esquerra todavía colea. El líder de la oposición en el Parlament, Salvador Illa, lanza un aviso al president Pere Aragonès: "Hace falta tomar nota del sentido común de la sensatez del PDeCAT y por otra parte, que en un momento muy relevante, Esquerra no es tan de izquierdas como aseguran ser, no es de izquierdas en este caso. Han puesto en riesgo la estabilidad y mucho hablar siempre contra el PP pero cuando se trata de pasar página de la reforma de los populares no están donde tienen que estar. Hay que tomar nota, naturalmente yo tomo nota". Así pues, Illa abre la puerta a mezclar la posición de los republicanos en el Congreso de los Diputados con la que los socialistas puedan tener en el Parlament de ahora en adelante. Es un mensaje sibilino porque a la vez descarta que este se tenga que interpretar en clave de amenaza: "No han sabido estar a la altura con respecto a la reforma laboral, pero eso no tiene que afectar a la estabilidad de la legislatura, ni al diálogo, ni a la mesa de diálogo". Tan sólo se remite a ser conscientes de los hechos y lamenta "la gesticulación y el poco coraje" de esta semana. Unas declaraciones recogidas en el programa Cafè d'idees de RTVE Catalunya.

"No plantaré al president Aragonès"

Aragonès recibe otra crítica muy dura de su oposición esta semana. El miércoles, la CUP anunció una hora antes del encuentro previsto para las doce y media que no acudiría a la reunión al Palau de la Generalitat en protesta por la detención de cuatro activistas en defensa al derecho a la vivienda que se produjo por la mañana en Barcelona. A la hora prevista para el encuentro, los diputados anticapitalistas convocaron una atención a los medios delante de la comisaría de las Corts, donde se encontraban los detenidos. La reunión tenía que servir para rehacer la unidad del independentismo. Ahora, el melón abierto con los socialistas donde, hasta ahora, se han entendido más en el Congreso pero con el no de la reforma laboral y los vasos comunicantes entre PSOE y PSC, también hacen tambalearlo. Illa responde: "Yo no plantaré al president de Catalunya, como sí han hecho otras formaciones políticas. Ahora bien, habría preferido que se hubiera aprobado por una mayoría mucho más amplia. Y también hubiera preferido que el PP tuviera una visión de país más amplía". Y en el horizonte, teóricamente inmediato, también está la mesa de diálogo. De esta, el líder socialista catalán ha asegurado que "no peligra por el voto de ERC a la reforma".

La mesa, hasta primavera

Una mesa que no peligra pero está en punto muerto. La intención de reemprender la mesa de diálogo desde la Moncloa se aplaza hasta la primavera. Esta es la intención del presidente español, Pedro Sánchez, que prioriza las elecciones inminentes en Castilla y León. Así pues, sacan la pelota adelante hasta, como mínimo, el 20 de marzo, cuando se inicia esta estación que acaba el 21 de junio. También las elecciones en otra comontado, Andalucía, podrían acabar siendo una prioridad que dejara en último término la mesa. La Junta andaluza, encabezada por el popular Juan Manuel Moreno, ha empezado a anular toda la agenda de actos del mes de mayo ya que prevé un adelanto electoral. Pero más allá de la política estatal, también hay otros hechos que pasarían o han pasado por delante: el estallido del volcán de La Palma el pasado 19 de septiembre que se alargó hasta el 13 de diciembre; la retirada el verano pasado de Afganistán, al frente con los militares de los Estados Unidos después de dos décadas; y ahora la tensión entre Rusia y los americanos por el control de Ucrania y sus territorios fronterizos. Y siempre, en la sombra, la pandemia por la covid que hace saltar por los aires cualquier pequeña previsión establecida. La respuesta previa por parte del Gobierno a fijar una fecha por la nueva reunión de la mesa de diálogo es que hay prisa. El conseller de Empresa, Roger Torrent, aseguraba que "no se puede dilatar más porque no habrá más oportunidades históricas como esta". La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ya dio por hecho que este enero estaba perdido pero aseguraba que "esperaban que fuera al principio de año". Aunque desde La Moncloa, demuestran y explicitan, que ahora la mesa no es prioritaria.