Inmersión del president de la Generalitat, Salvador Illa, en el mundo independentista. El jefe del ejecutivo catalán ha participado este lunes en el Palau de la Música el acto de entrega del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes, otorgado este año al filósofo Pere Lluís Font, que se ha cerrado con gritos de independencia después de que a lo largo de las diferentes intervenciones no han faltado las referencias al pulso independentista con el Estado y el acento reivindicativo. Illa ha escuchado estoicamente los gritos de independencia que se han coreado al acabar la interpretación de Els Segadors, mientras a su lado, el presidente del Parlament, Josep Rull, igual como buena parte de los asistentes, se sumaba al clamor y lo acompañaba dando palmas.

Ha sido la primera vez que Illa participaba en un acto de Òmnium, una de las entidades protagonistas del procés independentista. No obstante, Òmnium, con sus 190.000 socios, es también la entidad cultural más importante de Catalunya -y una de las mayores de Europa-, lo cual impide al president dar la espalda a sus convocatorias culturales. A pesar de ello, Illa esquivó el pasado mes de diciembre la Nit de Santa Llúcia, otra de las citas emblemáticas de Òmnium. En lugar de acudir a aquella cita, asistió a la entrega del XXIV Prix Pyrénées que organiza la Cambra de Comerç Francesa.

Batalla no acabada

Esta vez sí se ha presentado y, como es habitual, el acto ha tenido un fuerte contenido reivindicativo, incluida la intervención del presidente de Òmnium, Xavier Antich, que ha enfatizado el papel de la filosofía y la cultura frente al conformismo y el resurgir del populismo y los discursos de odio. "En la batalla todavía no acabada para el enderezamiento del país con todos sus derechos de que disponen las naciones libres, nos falta todavía mucho trabajo a hacer. Y lo haremos", ha asegurado, Xavier Antich, que ha añadido acto seguido: "Aspiramos a la plenitud nacional que han alcanzado tantos pueblos y naciones y nos amparamos en palabras de Goethe, insignia de la modernidad, aspiramos a estar con gente libre en una tierra libre. Somos de los que aún pensamos que en el fondo del filosofar se alza la libertad".

Illa ha acudido al acto acompañado de la consellera de Cultura, Sònia Hernández, y el conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila. También estaba el presidente del Parlament y los presidentes Jordi Pujol, Artur Mas, y Pere Aragonès. Al tomar la palabra, Xavier Antich ha citado a todos los presidentes presentes, pero también a Carles Puigdemont, que, ha recordado, era el octavo año que seguía este acto a distancia.

Entre las lecturas de la obra de Pere Lluís Font y las lecturas de autores catalanes, Illa ha tenido que escuchar algunos de los llamamientos que se han repetido a lo largo del procés independentista. "Si Catalunya es una nación, es un sujeto político que tiene que poder ejercer el derecho a la autodeterminación. Se invoca a menudo la convivencia, lo cual comporta que es el débil lo que se tiene que aguantar", se ha leído al glosar la obra del galardonado sobre el escenario, entre aplausos entusiastas del público.

La intervención de Antich ha insistido en la misma línea reivindicativa, citando a Maragall - "para mí la nación es la lengua" . "Si somos una nación es sobre todo porque tenemos una lengua propia. Òmnium sabe que para trabajar por la nación y fortalecer el sentimiento de pertenencia hay que seguir haciendo de la lengua un instrumento de cohesión social", ha remachado.

Libertad de Catalunya

También Pere Lluís Font, al recoger el galardón, ha asegurado que quería hacer extensivo el honor que recibía "a todos aquellos que han trabajado con mentalidad de corredores de fondo por la libertad y el esplendor de nuestro pueblo en el contexto de los pueblos europeos". 

Font ha subrayado que Cataluña es una nación, sobre todo, porque tiene una lengua propia, y ha advertido que la lengua expresa el pensamiento, pero también lo condiciona, aunque los catalanes aún no han asumido esta evidencia como sí lo han hecho castellanos o alemanes. "Lo peor de nuestros males es el autoodio, nuestra interiorización de la dependencia, la servidumbre voluntaria, como diría el clásico, demuestra que la más difícil de las revoluciones es la mental, ya que la servidumbre resulta cómoda, sobre todo cuando va acompañada de panem et circenses", ha advertido. El filósofo ha provocado los aplausos tras expresar su rechazo del modelo lingüístico irlandés "de residualización" aunque fuera con la independencia: "No puedo concebir nuestra nación al margen de nuestra lengua".

Una vez entregado el galardón, se ha interpretado Els Segadors y ha sido cuando ha finalizado el himno que han estallado los gritos de independencia y han aparecido algunas -pocas- esteladas. Isla aguantó derecho desde la fila cinco en la que se encontraban las autoridades y, al terminar, abandonó el acto con el resto de personalidades asistentes.