La clausura del Año Candel en el Palau de la Generalitat ha servido este martes al president de la Generalitat, Salvador Illa, para desplegar un discurso de defensa de la inmigración y la necesidad de acoger e integrar a las personas migradas en la sociedad catalana. "La inmigración nos hace un país mejor", ha asegurado el president, que ha advertido de que el problema son aquellos que señalan a los migrantes "como culpables de todo". Ha advertido de que, ante la deshumanización de la ola reaccionaria, Catalunya necesita referentes morales, por lo que "no estaría mal" que Los otros catalanes de Candel se convirtiera en lectura curricular en los institutos y escuelas. Ha asegurado que esta obra es mucho más que un libro y que 60 años después "es vigente e imprescindible para saber de dónde venimos y hacia dónde queremos ir y para conocer valores que son fundamentales en Catalunya y aprender a construir convivencia".

En el marco del Día internacional de las personas migradas, que se conmemora este martes, Illa ha evocado el viaje de Candel, desde Cases Altes en Valencia hasta el Palau de la Generalitat donde hoy se celebraba el acto, recorriendo las barracas de Montjuïc hasta Hospitalet de Llobregat, donde llegó a ser concejal. Ha subrayado que este recorrido condensaba entonces el viaje de millones de hombres y mujeres de toda España que vinieron a hacer grande Catalunya, y hoy ilustra "el viaje de tantos hombres y mujeres del mundo que se ven obligados a la búsqueda de una vida mejor". “Catalanes y catalanas de Latinoamérica, Marruecos, Senegal, Rumanía, Moldavia y tantos y tantos lugares”, ha añadido.

El president ha subrayado que estos nuevos migrantes con su aportación contribuyen a la prosperidad de Catalunya y merecen todos los trabajos del mundo, no solo apilar ladrillos, limpiar casas o recoger cosechas, dado que vienen a mejorar la sociedad y a enriquecer Catalunya como país con su talento, esfuerzo y humanidad.

Oleada reaccionaria

Ante esta constatación, ha señalado que el verdadero problema son aquellos que "manipulan la realidad de la inmensa mayoría de personas migrantes y pretenden convertirlos en culpables de todo". Ha advertido que esta respuesta no se puede permitir porque "está en juego el futuro de Cataluña" y con este discurso pretenden "romper el valor más preciado de Catalunya, que es la convivencia".

Con todo, ha admitido que es necesario comprender la preocupación de los vecinos "cuando ven que cambia el paisaje humano de su barrio" y ha subrayado que es necesario dar respuesta, "con el compromiso de reducir desigualdades, ayudando a las familias, protegiendo los barrios y garantizando su seguridad". 

Illa ha subrayado que la cohesión social requiere la integración de todos y que hoy existe un reto mayúsculo, porque el auge del autoritarismo pretende destruir el modelo de convivencia y prosperidad que representa Europa, con ataques dentro y fuera de sus fronteras, en referencia a la presión del gobierno estadounidense de Donald Trump y los gobiernos europeos controlados por la ultraderecha.

Por esta razón, ha pedido tener las ideas claras y "defender el país y una Europa de todos". Ha asegurado que frente a la ola reaccionaria, "Cataluña quiere ser tierra de entendimiento, abierta, integradora, cercana, esperanzada y no resignada" y ha asegurado que hay camino de mejora en todos estos ámbitos y su gobierno tiene voluntad de impulsarlo.

En este contexto, ha retomado la figura de Candel para recordar que "no entendía el vivir sin adquirir compromisos y se comprometió por la dignidad de las personas migrantes y a dar nombre a los otros catalanes para que no solo fueran otros sino catalanes". Ha asegurado que Los otros catalanes es mucho más que un libro, y que así se entendió en su momento, cuando Candel escribió el artículo con este título en la revista La Jirafa y recibió el apoyo de personajes como Joan Reventós, Josep Benet o Jordi Pujol para convertirlo en un libro que se publicó en 1964.