La petición de la familia Franco de otorgar honores militares a los restos del dictador cuando vuelva a ser enterrado tras ser exhumado del Valle de los Caídos ha cogido a contrapié el Gobierno español del PSOE, que no tenía previsto hacer ningún tipo de acto más allá de entregar los restos de manera formal y que además, se encuentra con el despropósito que los descendientes del militar golpista se aferran a un decreto promovido por... Jose Luis Rodríguez Zapatero.

Efectivamente, fue el anterior Gobierno socialista, presidido por Zapatero y con Carme Chacón como ministra de Defensa quien firmó el Real Decreto 684/2010, que regula los honores militares y en concreto qué tipo de honores fúnebres se otorgarán a varias personalidades, que tendrán derecho a "una unidad con bandera, banda y música y consistirán en la interpretación del himno nacional [español] completo, arma presentada y una descarga de fusilería". Además, se especifica que "según los casos", habrá "la salva de cañonazos que corresponda" e incluso se especifica el número de veces que los militares deberán gritar Viva España.

De hecho, el número de salvas y vivas en España estaría a debate, ya que la intención de los nietos del golpista se que se le otorgue al dictador el tratamiento máximo, el reservado al máximo jefe del Ejército y al Rey, que incluiría hasta 21 cañonazos y 7 vivas a España. Así se desprende de la petición de los Franco, que se refiere al dictador con la fórmula 'el anterior jefe del Estado' -aunque estrictamente, esta definición tendría que referirse al rey Juan Carlos-.

¿Y cómo será el traslado?

Otro frente abierto es el del traslado, ya que se prevé que la momia de Franco -el dictador fue embalsamado- sea entregada a los familiares en el mismo Valle de los Caídos, y sería la familia la encargada de trasladarlo a la cripta anexa de la catedral de Almudena, en la ciudad de Madrid. Si Franco tiene derecho a honores, el traslado se podría hacer con escolta militar armada e incluso en vehículos ceremoniales del parque de artillería. Todo un espectáculo que el PSOE no tenía previsto y que recordaría, de retorno, el traslado de Franco al Valle en el momento de su muerte.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya consideró el martes que los Franco tenían "un concepto del honor diferente al común de los mortales", dando a entender que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no tenía intención de satisfacer las peticiones de los familiares.

Ahora bien, quien tendría la última palabra sería el Ministerio de Defensa, que tampoco parece muy favorable a acceder a los deseos familiares. Según señala El Confidencial Digital, fuentes del departamento encabezado por Margarita Robles señalan que "no hay ninguna voluntad" de rendir honores al dictador, asegurando que más allá de lo que se especifique en el decreto, quien ha de tomar la decisión es el Gobierno español y en concreto Defensa, que ya ha señalado que no prevé la participación de militares en activo. Otra cosa será quien vaya a título particular.