bcnworld

El proyecto BCN World, conocido inicialmente como Barcelona World, está más vivo que nunca, al menos en un sentido de estricta actualidad. Se trata de un futuro macrocomplejo turístico y de ocio que ocupará 450 hectáreas y se ubicará en torno al parque temático de Port Aventura, entre los municipios de Salou y Vila-seca (Tarragonès). Sí, se pretende construir en Tarragona pero con el nombre abreviado de Barcelona, con todas las polémicas y críticas centralistas que eso ha generado y que ya supuso un primer cambio de nombre, pero difícilmente supondrá un segundo.

El complejo contará con 12.000 habitaciones de hotel y varios casinos y todo eso adornado con salas de juego, un parque temático y otro acuático, campos de golf, centros comerciales, un club de playa, un centro de convenciones, salas de teatro, oficinas, restaurantes, piscinas, zonas deportivas y todo aquello que las películas de Hollywood puedan hacer imaginar. Un proyecto de relativa miniatura comparado con Las Vegas.

Lucha de titanes

Los principales impulsores del macrocomplejo fueron la Caixa, dispuesta a ceder los terrenos por 110 millones, la misma Generalitat y la promotora de inversiones Veremonte capitaneada por Enrique Bañuelos, que reinventó el proyecto fallido de Eurovegas ideado por el magnate norteamericano de los casinos, Sheldon Adelson. La lucha de titanes traspasó el mundo del fútbol y la rivalidad para adjudicarse el proyecto entre Barcelona y Madrid, que se saldó con un empate a cero: EuroVegas ni para unos ni para los otros. Pero las relaciones con la Generalitat se fueron enfriando y Veremonte abandonó el barco, o más bien yate, el pasado mes de julio para dejarlo en manos de la compañía china Melco y la americana Hard Rock.

Ni el macrocomplejo se empezó a construir a mediados del 2014 tal como estaba planeado ni se inaugurará a finales del 2016. De momento, es mejor no fijarse fechas ya que BCN World es ahora mismo una idea que ha hecho mucho ruido y que está más viva que nunca sobre un papel donde se prometió en torno a 4.500 millones de euros de inversión, 40.000 puestos de trabajo y 10 millones de visitantes por año.

Una llamada

Si nos remontamos al 30 de marzo del 2014, una llamada de concordia entre el entonces presidente de la Generalitat y actual presidente de Convergència, Artur Mas y el entonces primer secretario general del Partit dels Socialistes de Catalunya, Pere Navarro, dio el visto bueno definitivo para rebajar del 55% al 10% los impuestos al juego en los casinos del complejo, tal como pedían Veremonte y previamente Adelson. Pocos días después, los dos partidos aprobaban la ley en sede parlamentaria ante la abstención del Partido Popular y Ciudadanos y la oposición de Esquerra Republicana, ICV-EUiA y la CUP.

EDl cambio de legislación también sobrevolaba la ley del tabaco, la entrada de menores o la apertura en días festivos. Y como no podía ser de otra manera en un mundo de extremos, el proyecto de BCN World no sólo encontró oposición en el espectro político sino también en la plataforma Aturem BCN World, constituida en diciembre del 2012 con la finalidad de no jugar al juego de "la especulación, la ludopatía, el turismo de masas y la poca transparencia". Pero la partida ha vuelto a empezar.

Junts pel Sí en consulta

El president de la Generalitat, Carles Puigdemont y el vicepresidente Oriol Junqueras han aprovechado esta semana para reunirse con el mundo empresarial y volver a poner las piezas sobre el tablero con el presidente de Hard Rock, Hamish Dodds, y su vicepresidente, Nelonen Parker, que pusieron sobre la mesa una atractiva oferta de inversión de 2.500 millones de euros ausentes de cualquier tipo de coste para la administración catalana. Y una vez llegado el acuerdo económico, llega el turno de la política.

"No nos tiene que dar miedo que la gente decida sobre el proyecto", anunciaba este martes Puigdemont para fortalecer su propuesta de organizar una consulta que pregunte a la ciudadanía de la zona afectada sobre la idoneidad de BCN World con el fin de disolver las diferencias entre partidos y salir adelante con consenso. Pero dentro de una coalición hay "sensibilidades muy diferentes" como ya anticipaba el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí, Jordi Turull y en esta misma línea, Junqueras añadía que el macroproyecto "tendría que consultarse en el conjunto de Catalunya" y no sólo en la zona del proyecto. Junts pel Sí en consulta pero entre dos aguas.

13 cámaras al unísono

Por su parte, las 13 cámaras de comercio catalanas han mostrado desde el primer momento su apoyo prácticamente incondicional a la iniciativa BCN World presentándola como "beneficiosa para la economía de Tarragona y del conjunto de Catalunya", ya que consideran que reforzaría la posición de Catalunya como destino turístico y complementaría la oferta existente, además de captar a un público más amplio, así como potenciar las infraestructuras territoriales, generar empleo directo e indirecto y reducir la estacionalidad.

Con el retrovisor puesto en el fantasma del callejón sin salida de la investidura, la historia de amor y odio de BCN World se puede acabar convirtiendo en la historia interminable de Adelson, Bañuelos, Mas, Navarro, Dodds, Puigdemont y Junqueras, entre muchos otros venidos y por venir. Esta vez sin embargo, sin Michael Ende.