La negociación in extremis por los presupuestos ha abierto una nueva hipótesis. Según ha podido saber ElNacional.cat, el Govern y Esquerra Republicana está presionando a Junts per Catalunya con el escenario de unas elecciones anticipadas al Parlament si las cuentas no prosperan este miércoles al mediodía. En los pasillos de la cámara catalana, además, visto que el bloqueo a los presupuestos se mantiene y que ni los comunes ni Junts ceden, hay cada vez más voces que apuntan a la posibilidad de unos comicios anticipados.

¿Qué dice la ley para las convocatorias electorales?

Según el artículo 75 del Estatut la convocatoria de unas elecciones avanzadas se tiene que producir entre 40 y 60 días después de la disolución del Parlament. Ahora bien, como Catalunya todavía es la única comunidad autónoma que no dispone de una ley electoral propia, también se tiene que ceñir a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, que explicita más el plazo del adelanto de unos comicios: esta normativa lo deja en 54 días. Dentro de Esquerra Republicana, hay voces que consideran que, en caso de hacerlo, lo mejor sería que se produjeran lo antes posible. El hecho de no contar con unos presupuestos y que la crisis por la sequía se intensificará, les hace dudar sobre la posibilidad de esperar a otoño. Esto haría que estos comicios quedaran muy cerca de las europeas, que serán el 9 de junio. Al mismo tiempo, también hay otras voces que sostienen que hay que agotar la legislatura y llegar hasta el final, tal y como ha verbalizado a lo largo de las últimas semanas el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y como ya manifestó en la última modificación del Govern, con el ascenso a la vicepresidencia de Vilagrà y el refuerzo a viceconseller de Sabrià.

Los republicanos que defienden una convocatoria inmediata creen que pillarían a Junts a contrapié, ya que en estos momentos no tiene a un candidato designado para la presidencia de la Generalitat. Si las elecciones se produjeran de forma inminente, el mejor posicionado sería el exconseller Josep Rull, que no está inhabilitado desde la reforma del Código Penal. Los juntaires querrían que fuera el president Carles Puigdemont, pero dependerá de la aplicació de la ley de amnistía y del hecho que el eurodiputado quiera concurrir a unas elecciones al Parlament de Catalunya. Entretanto, Puigdemont se centra en las europeas. Por otro lado, también consideran que podría pillar en un momento de pequeño retroceso al PSC por toda la polémica por el caso Koldo y la amnistía, que algunos partidos han intentado que salpicara a Salvador Illa. El primer secretario del PSC revalidará su cargo este fin de semana en el congreso que los socialistas catalanes harán en el Palau de Congressos de Barcelona.

El choque con Junts y los comunes

En estos momentos, el proyecto de presupuestos decaería y es en este terreno donde el Govern presiona con la posibilidad de anticipar una convocatoria electoral. De hecho, es un camino que también ha señalado Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Junts, durante el debate a la totalidad de las cuentas. Batet ha alertado a Aragonès de que, si no hacía una propuesta "clara y sólida" de presupuestos, al Govern le corresponderá "convocar elecciones": "Si no es así, por un mínimo de patriotismo tendría que rectificar e ir a elecciones", ha sentenciado. El dirigente juntaire ha subrayado que, sin cuentas, "no se puede alargar la agonía": "¿Qué más les falta para ver que esto no puede seguir así? Continuar agarrados a las sillas no es la solución para ir hacia adelante".

A su vez, los comunes han mantenido el pulso por el Hard Rock y su líder, Jéssica Albiach, ha vuelto a exigir al president de la Generalitat, Pere Aragonès, que haga una rectificación pública: "Si rectifica y dice públicamente que paramos el Hard Rock, nosotros retiramos la enmienda a la totalidad. Todavía es posible". Al mismo tiempo, Albiach se ha revuelto contra el hecho de que Esquerra Republicana condicione la aprobación de los presupuestos de la Generalitat su apoyo a los del Estado: "Lo que más me ha chocado y decepcionado es que usted se piense que los presupuestos de Catalunya se deciden en Madrid, que crea que a mí me puede llamar alguien de Madrid para decirme que tengo que votar en Catalunya. A mí no me manda ni Madrid ni la Caixa".