El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ha considerado en una entrevista en Europa Press, que el Govern de la Generalitat de Catalunya que preside Carles Puigdemont "tiene los días contados" ya que, según su opinión, su pacto con la CUP no tiene sentido y lo convierte en un Ejecutivo frágil y de artificio.

"Tiene una serie de contradicciones internas irresolubles y además es expresión de un momento político muy volátil de Catalunya", ha explicado el líder de IU y ha puesto de manifiesto que él "nunca" le ha visto el sentido al acuerdo sellado entre el partido "que defiende los intereses de la oligarquía catalana" y "la izquierda que representa a las clases populares", aunque sea independentista.

Este es el motivo por el que, según Garzón, el ejecutivo fruto de este pacto no durará y sólo es el resultado del momento político concreto y "volátil" que vive Catalunya, y que seguirá cambiando "a una velocidad muy importante".

"Ni nos hemos quedado, ni nos quedaremos en esta situación", ha manifestado, para añadir que, prueba de estos cambios, es el hecho de que la antigua CDC haya pasado de ser "el sostén de gobiernos del PSOE y del PP en el Estado" a formar parte del Grupo Mixto en el Congreso, sin voz ni visibilidad independiente. De hecho, Garzón considera que el espacio político de la derecha catalana seguirá disminuyendo.

Juegos de artificio

El diputado de Unidos Podemos también ha tildado de "juegos de artificio" la actitud que está tomando el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy ante el desafío soberanista del Parlament y el ejecutivo catalán. "Estamos viendo una representación electoral", ha asegurado en relación con las medidas que ha puesto en marcha el Govern para frenar el proceso de "desconexión", como la apelación al Tribunal Constitucional de que tome medidas contra el Parlament.

Según su opinión, el PP está utilizando esta coyuntura para "llamar a los supuestos partidos constitucionalistas" y sacar rédito con vistas a los próximos procesos electorales pero también en las negociaciones para la investidura de Rajoy. "No olvidemos que en el Parlament hay una moción de confianza y puede haber elecciones anticipadas, y que hay elecciones en Galicia y en el País Vasco y que estamos sin gobierno", ha avisado.

De hecho, el líder de IU ha alertado que acudir a los jueces no es la solución para dar respuesta a la crisis territorial en Catalunya, sino que se trata de un asunto que hay que resolver desde la política de la negociación: "Sólo cuando se sienten a hablar se podrá resolver".

"La resolución que se ha aprobado en el Parlament es papel mojado desde el primer momento. Todo lo que sea judicializar puede ser interpretado de una u otra forma, pero en última instancia no es ir al origen del problema. La resolución es un papel que expresa un síntoma de que hay un problema profundo en Catalunya", ha explicado.

El síntoma de la enfermedad

En este sentido, Garzón ha avisado de que el auge del independentismo es sólo el "síntoma" de la "enfermedad" y el "problema real" que supone el conflicto que existe en Catalunya, que sólo se soluciona, según su opinión, con el diálogo y la negociación política.

"Lo importante es ir al conflicto. El ámbito judicial está bien o mal, no entraré en eso, pero sólo ataca a los síntomas, va contra una resolución, pero los jueces no resolverán el problema de Catalunya en ningún caso", ha sentenciado. En esta línea, ha asegurado que cuando "un porcentaje de la población de Catalunya quiere irse", la solución "no es meterlos a todos en un juicio" sino "hacer que esta gente no quiera marcharse".

"Eso es hacer política, por eso necesitaríamos un gobierno que tomara ejemplo de otros gobiernos que han podido acertar en este caso, como el del Reino Unido con Escocia o el del Canadá", ha defendido, y ha advertido que "en vez de seguir judicializando y alimentando los extremos que están planteando, desde un lado, el independentismo más hostil a la solidaridad entre pueblos, y desde otro lado, el nacionalismo anticatalán, lo que hay que hacer, como gobierno responsable, es sentarse en una mesa y negociar un modelo de Estado diferente, porque claro está que el actual genera una serie de problemas que son sociales y políticos".