El Gobierno no ha perdido la oportunidad de hurgar en la marcha de la secretaria general de ERC Marta Rovira, el mismo día en que comparecían ante el Tribunal Supremo los exconsellers Jordi Turull, Josep Rull, Dolors Bassa, Raül Romeva y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell. El portavoz Íñigo Méndez de Vigo ha asegurado que era un "flaco favor" la acción de Rovira, para el resto de investigados por el caso del 1-O, teniendo en cuenta que el juez Pablo Llarena dictará medidas cautelares, después de anunciar el procesamiento por delitos como rebelión y sedición a algunos de ellos.

"Como han hecho otros antes, la señora Rovira ha huido de España y se ha sustraído de comparecer ante un juez", ha denunciado De Vigo, quien la ha acusado de "huir de sus responsabilidades", despreciando el argumento sobre que eso era un "alzamiento contra el Gobierno" –como ella misma ha dejado escrito en su carta de despedida. A su juicio, se trata de "actitudes que se califican por sí mismas" y "a cada cual hay que juzgarle por sus actos", zanjó el ministro portavoz.