Con la nueva ley de memoria democrática en la mano, que entró en vigor el pasado viernes, era cuestión de días que el Gobierno ordenara la exhumación del golpista Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena, en Sevilla, ciudad donde está enterrado con todos los honores y donde estuvo el encargado de ordenar hasta 45.000 fusilamientos en el marco de la guerra civil. Y cuatro días después de que se publicara la nueva ley en el BOE, la iglesia tiene que recibir esta orden este lunes, después de que la familia del militar no se haya mostrado nada dispuesta a llevar a cabo ellos mismos la exhumación, como sí que han hecho los Primo de Rivera, entre fuertes críticas al Ejecutivo. Con todo, este podrá seguir enterrado al Valle de los Caídos, ya que se le considera también una víctima de la guerra civil, aunque ya no en un lugar preminente como en lo que ha sido enterrado hasta ahora.

Una tumba con todos los honores

Concretamente, el Gobierno hace referencia al artículo 38.3 de la nueva ley de Memoria Democrática, según pública eldiario.es. En este, queda aclarado que "los restos mortales de los dirigentes del golpe de estado militar de 1936 no podrán estar inhumados en un sitio preeminente de acceso público que no sea un comentario, y que pueda favorecer a la realización de actos públicos de exaltación, enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidos durante la Guerra Civil o la Dictadura". Ya en el 2017, esta polémica existía en Sevilla, cuando el ayuntamiento socialista de la ciudad aprobó pedir exhumar al golpista de la Macarena, con los votos en contra del PP. Ahora, los populares comandan por mayoría absoluta en la autonomía, y ahora todavía no se han pronunciado.

Además, el Gobierno también se refiere al artículo 35.5, que señala que cuando "los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religiosos, pero con proyección en un espacio o uso público, las personas o instituciones titulares o propietarias de los mismos tendrán que retirarlos o eliminarlos". En este sentido, eso es lo que pide el Gobierno en esta basílica, situada a poquísimos metros del Parlamento de Andalucía. Desde la institución, habían pedido al gobierno que se apresurara a decirles que tenían que hacer, ante una división dentro de la Cofradía de la Macarena, en la que algunos de sus miembros están a favor de exhumar a Queipo de Llano y a otros ya les va bien que se le mantenga. Con todo, ministros como Fernando Grande Marlaska ya han advertido que esta ley, por muchos miembros que se opongan, existe para hacerse cumplir, y que así será, con la exhumación de Queipo de Llano.

Desaparece el marquesado de Queipo de Llano

Con la aprobación de la ley de memoria democrática, la figura de este golpista también pierde todos los títulos nobiliarios. Francisco Franco creó un marquesado en su honor en 1950, pero este, como todo el resto de títulos nobiliarios concedidos durante la dictadura, desaparecen del mapa. Este general sevillano siempre ha sido considerado el culpable de ordenar la ejecución de Federico García Lorca y antes de participar en el golpe de estado del 36, había sido inspector general del Ejército durante la II República. Así, Gonzalo Queipo de Llano, su nieto, ha perdido el título de marqués. Hace solo dos años, y cuando en el Estado todavía estaba el recuerdo reciente de la exhumación de Franco, desde la familia defendían que no había ningún motivo para tener que exhumar a su abuelo de la Macarena, ya que "la historia es la que es, no tiene ningún sentido cambiarla ahora", destacando que su abuelo había sido recordado como "virrey de Andalucía y uno de los hermanos honorarios de la Cofradía". Yendo más allá, según lo ahora ya exmarqués de Queipo de Llano, el general "salvó Sevilla de caer bajo el dominio rojo".