Alemania contempla vetar la aplicación de mensajería instantánea de origen ruso, Telegram, de las principales plataformas tecnológicas. ¿Pero por qué? Pues porque al gobierno alemán le preocupan mucho los numerosos disturbios violentos que se han producido en manifestaciones de grupos negacionistas. Pero el plan frustrado para asesinar al primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, el pasado 15 de diciembre ha acabado de remachar el clavo. Y es que ambos hechos comparten un punto de partida, negacionistas y extremistas de derechas se organizan en grupos de Telegram. Es un buen ejemplo el hecho de que Telegram fue la aplicación móvil utilizada para organizar el asalto frustrado al Reichstag del 2020. Además, también ha sido la herramienta de conexión entre fanáticos para organizar escarnios con antorchas en los domicilios de políticos como la ministra de Salud sajona, Petra Köpping. Y para amenazar a las personas responsables con comunicar las restricciones sanitarias y provocar todo tipo de disturbios e intimidaciones.

¿Por qué Telegram atrae ultraderechistas y negacionistas? Pues porque los seguidores extremistas están siendo barridos de plataformas como Facebook o Twitter. En cambio, en Telegram no existe la moderación de contenidos. Otra característica que la hace seductora por este sector ideológico es la capacidad de crear grupos de hasta 200.000 personas o bien crear canales de difusión de alcance ilimitado. WhatsApp, por el contrario, tiene un límite de 256 usuarios. Es curioso el hecho que, originariamente, la que ya se ha convertido en la quinta app más descargada en el mundo, nació como refugio para la disidencia rusa. Ahora, sin embargo, se ha convertido en el enlace que utiliza la ultraderecha y el negacionismo alemán para llevar a cabo todo tipo de acciones contra el gobierno federal. Desinformación y extremismo violento, un cóctel explosivo que ha encontrado en Telegram la fuerza para multiplicarse.

En este contexto, en una entrevista en el diario Der Spiegel del pasado mes de diciembre, Boris Pistorius, ministro del Interior de Baja Sajonia, exteriorizó su preocupación en torno al fenómeno negacionista y ultraderechista. "Los que menos nos preocupan son los escépticos de las vacunas. Están saliendo a la calle con extremistas de derecha y Ciudadanos del Reich (grupo neonazi) y para ellos las protestas contra las restricciones sólo son un vehículo de agitación. Rechazan el Estado y sus representantes. Se tienen que tomar muy seriamente". Además, Pistorius pidió a Apple y Google que dejen de ofrecer la aplicación de Telegram, ya que, según apunta, circulan contenidos que no cumplen los términos y condiciones de uso. Pero Pistorius no ha sido lo único al posicionar públicamente contra Telegram. Lo está haciendo el gobierno federal alemán en conjunto. Por ejemplo, el ministro de Justicia federal, Marco Buschmann, también hizo unas contundentes declaraciones al respecto: "Lo que se difunde a Telegram es, en parte, indecente y a menudo criminal. Mi deseo es que no emprendamos un camino alemán por separado, sino que creemos un marco legal europeo común que nos permita tomar medidas contra el odio y el discurso de odio en línea".

Finalmente, este jueves la nueva ministra de Interior, Nancy Faeser, ha pedido a Apple y Google que cumplan con su "responsabilidad social" con respecto a Telegram. Y ha ido más allá, Faeser ha anunciado que tomará medidas para forzar Telegram a cooperar. Y, incluso, ha declarado que si Telegram no se aviene o continúa el silencio como respuesta, se plantea prohibir la aplicación al país.