"Lo que le falta [a Artur Mas] es un fusilamiento, entonces estaría genial". Decir estas palabras, no es delito según la Audiencia de Madrid, que ayer desestimó el recurso que presentó a la Generalitat después de que el exportavoz del gobierno de José María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, soltara esta frase el 2014 en Antena 3 y añadiera que "él lo que quiere es eso porque el ridículo que ha hecho ya es muy difícil de superar".

Para la Audiencia provincial, estas expresiones "no pueden ser sacadas de contexto" y, por lo tanto, "no pueden ser consideradas constitutivas de un delito de amenazas". Su argumento es que como en España no existe la pena de muerte, "no supone una amenaza de muerte".

En aquel mismo programa, también puso sobre la mesa que "cualquier político en estas circunstancias se iría a su casa, no puede estar más tiempo ocupando un puesto de responsabilidad porque ha hecho un ridículo absoluto, pero él está allí a ver si alguien del gobierno se equivoca o le envía la Guardia Civil".

Sin odio

Pero la cosa no acaba aquí. La Audiencia de Madrid también considera que estas declaraciones no constituyen un delito de incitación al odio o a la violencia porque "no dejan de ser una opinión política sin más alcance que el debate y la toma de posición de quien las pronuncia".

El auto también asegura que estas palabras "no tenían carácter injurioso" porque, en el terreno penal, "no desprecian el honor, la imagen o la dignidad" del expresident de la Generalitat, que, en aquel momento, todavía estaba al frente del Govern.