Una de las principales revistas americanas de política internacional, Foreign Policy, ha acusado al rey Felipe VI de ser la verdadera causa de por qué no se soluciona el conflicto entre Catalunya y el Estado, y afirma que se interpone en la vía de diálogo con su política de "tolerancia cero". A su entender, si no fuera por la actitud del monarca español –de quien recuerda que debe moderar las instituciones– habría "una solución a la crisis de Catalunya", porque lo que está haciendo el monarca con inflexibilidad desde hace tiempo es "debilitar la capacidad de Pedro Sánchez para negociar, mientras da alas a los independentistas catalanes".

"Según la Constitución de 1978, el rey de España es la encarnación de la "unidad y permanencia" del país; no obstante, también se lo describe como la figura que "arbitra y modera" las instituciones políticas. El movimiento independentista catalán ha obligado al Rey a enfrentarse al dilema de cómo equilibrar estas dos obligaciones, y ha puesto de relieve el conflicto que existe entre el compromiso de la Constitución con la "unidad indisoluble" de España y el derecho de autogobierno de las denominadas regiones históricas como Catalunya", señala la revista. En su opinión, Felipe VI se ha decantado claramente hacia la posición intransigente, y eso está provocando tensiones con el presidente español.

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"El presidente Pedro Sánchez intenta preservar la unidad de España a través de la moderación y el diálogo, y no se esconde tras el cortafuego de la inflexibilidad –el enfoque que adoptó el predecesor conservador de Sánchez, Mariano Rajoy, con el apoyo tácito de Felipe VI–. Pero la breve intervención [pública] del monarca español en el drama de Catalunya sugiere que Felipe VI todavía no ha entendido que la inflexibilidad es insuficiente para tratar con el movimiento independentista catalán", apunta.

Foreign Policy recuerda que el monarca español apareció tres días después del referéndum del 1-O en una comparecencia institucional, y que condenó a los independentistas catalanes acusándolos de "imprudentes", y diciendo que sus acciones les habían colocado "fuera de la ley y de la democracia". "Felipe VI no hizo mención explícita de las brutales tácticas de Rajoy [con las cargas del 1-O], ni mucho menos las condenó. Usó la retórica nada velada de los monarcas que deciden intervenir en política", resume. Recuerda en cambio la declaración que hizo Isabel II, antes del referéndum del 2014 en Escocia: que la gente pensara de forma muy cuidadosa en el futuro antes de votar; su máximo gesto en apoyo al unionismo.

Según la revista, que no es partidaria de la independencia de Catalunya, el polémico discurso de Felipe VI le dio popularidad en España, pero al mismo tiempo alimenta al independentismo.