Desbrozar los caminos para que los actores políticos tengan claro hacia dónde pueden llevar. Y las piedras que van a encontrarse. Es la función del Instituto de Estudios de Autogobierno, el centro de investigación que depende directamente de Presidencia dedicado a elaborar informes estrictamente analíticos. Dibujan escenarios y evalúan ventajas e inconvenientes que después trasladan al Govern, al Parlament, a los partidos y a otras instituciones como el Síndic de Greuges. Ferran Requejo, catedrático de Ciencia Política, es el director desde octubre del año pasado. Hace solo unos días que el IEA ha entregado al president Quim Torra su último informe, Democracias y referéndums de independencia: el caso de Catalunya. Se compara la experiencia de otros países y se apuntan dos vías todavía no exploradas para alcanzar un referéndum acordado entre Catalunya y el Estado español. ¿Una quimera? Requejo, que también había sido miembro del Consejo Asesor de la Transición Nacional del gobierno Mas, responde en esta breve conversación con ElNacional.cat. Un spoiler: paciencia...

¿Ya han entregado su informe sobre los referéndums al president?
Sí, lo tiene desde hace cuatro días, él y todos los miembros del Govern. También lo entregaremos a otras instancias, el Síndic de Greuges, los grupos parlamentarios y las entidades de la sociedad civil.

Visto el contenido, quizás sería también interesante llevarlo a Madrid...
Está previsto. Estamos trabajando en ello.

En el informe plantean varios escenarios, desde la unilateralidad y el inmovilismo a una mejora de competencias, pero deciden centrarse en el referéndum acordado.
No porque creamos o no que sea el más conveniente, nosotros hacemos el análisis. Sobre las otras posibilidades también sacaremos cosas en otros informes próximos.

El recorrido que tiene el referéndum pactado a corto plazo es muy poco

Centrémonos en el referéndum pactado. Sobre el papel, la teoría es muy clara, el quid de la cuestión es como se llega a poner en práctica. ¿Cree realmente que hay camino hacia un referéndum acordado entre Catalunya y el Estado español?
Con los datos actuales, el recorrido que tiene a corto plazo para poder aplicarse es muy poco, porque en el gobierno del Estado hay una actitud totalmente refractaria. Nosotros señalamos dos vías no exploradas hasta ahora: la reforma de la Ley orgánica de referéndums o una disposición adicional en la Constitución española. Es cierto que con las condiciones actuales, no tiene recorrido.

Depende de la correlación de fuerzas en España, de si cambian y cómo

La clave es que haya voluntad política y hasta ahora el mantra ha sido "ni puedo ni quiero"...
Al final lo que se acaba haciendo no es lo que uno desea, sino lo que se ve obligado a hacer. Por lo tanto, depende de la correlación de fuerzas en España, de si cambian y cómo cambian. En Catalunya el Govern de la Generalitat tiene que reforzar sus posiciones a nivel interno y también externo.

¿Y eso cómo se hace, a nivel interno?
Pues contando con un apoyo claro y permanente de la ciudadanía y de las organizaciones de la sociedad civil.

La unilateralidad solo llevaría a un nuevo 155, como mínimo

¿Pulsar el botón de la unilateralidad puede servir para forzar a Madrid a pactar un referéndum?
Los que defienden esta posición tendrían que poner sobre la mesa qué indicadores tienen para defender esta idea. Yo no lo veo, veo precisamente todo lo contrario. Es un escenario por el que puede optar el Govern, ahora bien, no parece que sea un recorrido exitoso porque, como mínimo, tendríamos encima un nuevo 155. Quizás las circunstancias cambian en el futuro. En cualquier caso, sobre qué escenario implementar, el gobierno tendrá que decidir cuál de los dos considera más conveniente.

¿Son excluyentes?
La propuesta de modificación del modelo territorial es compatible con la convocatoria de un referéndum, las dos son vías acordadas. La vía unilateral no lo es.

La mayoría de expertos coinciden en decir que España tiene una de las constituciones más rígidas...
Cuesta mucho de reformar en contraste con otras más flexibles. Aquí la reforma que se hizo es hiperprotectora, por lo tanto es muy complicado, sobre todo en los aspectos más protegidos como por ejemplo el título primero o los que hacen referencia al jefe del Estado. Es muy barroco y farragoso, para reformar la Carta Magna es necesario que lo aprueben el Congreso y el Senado, después disolver las Cortes, convocar elecciones, que el nuevo Congreso y el nuevo Senado ratifiquen el acuerdo y un referéndum final. Por lo tanto, en la práctica la Constitución es muy irreformable con respecto a los artículos protegidos, hay otros capítulos que no lo están tanto, como ocurrió por ejemplo con el 135.

Por eso es más factible la vía de reformar la Ley de Referéndums...
Formalmente es más fácil, sí. Se requieren solo 176 votos a favor. Otra cosa es si tiene recorrido o no, porque aunque se aprobara en el Congreso siempre puede haber recurso de inconstitucionalidad en el TC. Y si el TC no cambia la doctrina, tumbaría la ley aprobada.

¿Por lo tanto, lo ve viable?
Todo eso implica acuerdo entre los diferentes niveles de gobierno. Es la condición sine qua non, pero puede no ser suficiente. Lo que es evidente es que sin acuerdo eso es imposible, por lo tanto hay que buscar las condiciones para forzar este entendimiento.

¿Y cuáles son estas condiciones?
Lo decía antes, que haya un peso específico repetido y el mayor posible en Catalunya y que haya también apoyos externos que presionen.

No hay indicadores que hagan pensar que eso se soluciona en cinco minutos, estamos en un procés largo, más de lo que habían previsto gobiernos anteriores

En el fondo recomienda pues altas dosis de paciencia...
No hay indicadores que hagan pensar que eso se soluciona en cinco minutos. Estamos en un proceso largo, más de lo que habían previsto gobiernos anteriores. Es imposible hacer un cálculo temporal, quienes lo hacen es hablar por hablar y a mí no me gusta especular.

Quince años atrás usted fue miembro de la Junta Electoral Central. ¿Qué le parece la orden de hacer sacar lazos?
Prefiero no entrar, como director del Instituto de Estudios de Autogobierno no quiero mezclar. Yo tengo experiencia en la JEC entre el 2004 y el 2008, ahora los miembros son diferentes, porque los 13 integrantes de la junta se renuevan siempre tras las elecciones en el Congreso.

¿Pero en su época tuvo alguna experiencia similar?
De la misma intensidad no, pero hubo. Los partidos siempre se pelean por los programas de TV, por los eslóganes que unos dicen que los otros les han copiado. Recuerdo por ejemplo que hubo algunos medios públicos autonómicos, no en Catalunya, que no informaban de determinados partidos de la oposición y nos tuvimos que poner. U otros que programaban los espacios electorales de según qué partidos a las tres de la madrugada, una tomadura de pelo.