El Govern de la Generalitat anunció en junio del año pasado que dejaba de acudir a los actos convocados por la Casa Real y que no invitaría el Rey a sus convocatorias. Hizo el anuncio el president de la Generalitat, Quim Torra, en el salón Torres García después de una polémica sobre si el Govern tenía que estar presente o no a la inauguración de los Juegos del Mediterráneo en Tarragona, que presidía al Rey. Desde entonces, los miembros del ejecutivo catalán no participan en actos organizados por la Corona, pero eso no impide que acudan a acontecimientos donde participa el Rey, como la inauguración del Mobile World Congress.

Otra cuestión es como responde la Zarzuela a este portazo institucional en Catalunya. El lunes la Fundación Princesa de Girona ha convocado un acto en Barcelona. Esta institución celebra los 10 años de funcionamiento en el Palau de Congressos de la capital catalana, en medio de la tensión institucional con la Generalitat y en plena oleada de protestas por la sentencia del Supremo contra los líderes del procés. Asistirá el Rey con la reina Letizia y sus hijas Elionor y Sofía.

Se da, además, la circunstancia que el president de la Generalitat es vicepresidente de honor de la Fundación, mientras que la princesa Elionor, ocupa la presidencia. No obstante, en la página web de la Fundación se especifica con un asterisco que el mes de junio del 2018, "el actual M. Hble president de la Generalitat de Catalunya, señor Joaquim Torra, renunció a la vicepresidencia de honor".

El jefe de la casa del Rey, Jaime Alfosín, envió el martes por la noche al Palau de la Generalitat una comunicación escrita en que hacía saber al president que los Reyes "se desplazarán a Catalunya los días 4 y 5 para presidir en Barcelona varios actos de la Fundación Princesa de Girona, con ocasión del X aniversario". La carta, de apenas tres rayas, acaba con un "cordial saludo". Y punto.

A partir de aquí, desde la Fundación se aseguraba que se había invitado a las principales autoridades catalanas al acto. Al president y vicepresident del Govern de la Generalitat, al presidente del Parlament y a las conselleries que se pueden ver incluidas por el temario del acto, como Ensenyament, Cultura y Empresa. Afirmaban, además, que se envió un aviso previo antes del verano para reservar la fecha. Y que no han recibido ninguna respuesta del Govern.

No obstante, hasta este mediodía tanto desde los gabinetes del president como del vicepresident y las conselleries de Ensenyament y Cultura aseguraban que no han recibido ninguna invitación para ir al acto de Felipe VI. Sólo en la conselleria de Empresa, que encabeza Àngels Chacón, confirmaban que la consellera ha sido invitada y que excusó su asistencia porque aquellos días estará en Londres. Eso ha sido hasta este jueves al mediodía porque, finalmente, según fuentes de la presidència, ha aparecido en un mail del Govern que no es la del gabinete del president, sino un buzón general, la invitación de la Fundación dirigida a Quim Torra.

Reyes Felip VI Leticia Premios Princesa de Girona - Sergi Alcàzar

El año pasado, la negativa del Ayuntamiento de Girona a ceder a la Fundación el Auditorio donde cada año se convocaba la entrega de los premios, obligó a trasladar el acto al espacio Mas Marroch, propiedad de los hermanos Roca en Vilablareix, que habitualmente se dedica a la organización de banquetes. Hubo que blindar literalmente aquel espacio que recibió a los monarcas con la carretera llena de lazos amarillos. La delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, fue la única autoridad catalana que acompañaba a los reyes.

La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, sí ha sido invitada a la entrega de premios de este lunes, aunque no acudirá, según fuentes del consistorio gerundense.

El acto se inicia el próximo lunes, 4 de noviembre, con la entrega de los premios, pero continúa al día siguiente con diferentes actividades y conferencias. Se celebrará en el Palau de Congressos de Barcelona, el mismo lugar donde este miércoles se ha convocado la Assemblea de Electes. Las Juventudes de la CUP, Arran, han convocado una acto de protesta por la visita del monarca.