La Comisión Europea como mediadora para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva cinco años con el mandato caducado. Es la oferta que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha hecho al presidente español, Pedro Sánchez, para desencallar unas conversaciones que hace tiempo que están rotas. Los dos lo han abordado en la reunión que han mantenido este viernes en el Congreso de los Diputados.

El PP juega ahora la carta del mediador y quiere que la Comisión Europea "supervise" las negociaciones y el acuerdo para renovar el CGPJ con perfiles independientes y para cambiar la ley que regula el sistema de elección de los miembros del órgano de gobierno de los jueces. La propuesta es celebrar reuniones a tres bandas, entre la Comisión Europea, el PP y el PSOE, con la presencia de autoridades públicas comunitarias y de perfil incontrovertible. Sánchez se ha mostrado dispuesto a aceptar este modelo.

Feijóo niega que se pueda comparar a la Comisión Europea con Francisco Galindo

Ahora bien, Feijóo niega categóricamente que Comisión Europea sea un mediador y ha argumentado que "si los socios del Gobierno no se fían, la oposición tiene muy difícil fiarse" y que la renovación del CGPJ "se tiene que hacer con todas las garantías de independencia". Asimismo, ante los paralelismos con Francisco Galindo Vélez, el mediador que pactaron el PSOE y Junts para sus negociaciones, es contundente: "Equiparar la Comisión Europea a un mediador salvadoreño especializado en bandas armadas me parece una falta de respeto". También ha pedido respeto por la Comisión Europea porque es "una institución española a la cual el Estado ha transferido buena parte de su soberanía".

En este sentido, el PP ha hecho esta semana un sondeo discreto a la Comisión, que mostró una "respuesta favorable a proseguir y monitorizar el posible acuerdo". Sobre el nombre que tiene que participar en las reuniones, dos opciones que hay sobre la mesa serían Didier Reynders, comisario de Justicia, y Věra Jourová, vicepresidenta para Valores y Transparencia. Sin embargo, será la misma Comisión quien designe quien es la persona que corresponda. La voluntad del PP es resolver esta cuestión antes de las elecciones europeas de junio.

Feijóo también ha expresado la desconfianza por el hecho de que su interlocutor en anteriores ocasiones, el ministro Félix Bolaños, "les haya mentido de manera reiterada y continuada". El líder del PP ha invitado a Sánchez a cesarlo, aunque ha añadido que su manera de trabajar "es no vetar personas".

Impedir que los jueces comparezcan en el Congreso

Además, Feijóo ha propuesto a Sánchez una modificación del Reglamento del Congreso para que quede claro que jueces y fiscales "no tienen que comparecer a ninguna comisión de investigación para rendir cuentas de sus actuaciones jurisdiccionales", en un gesto que, para Feijóo, era un "requisito previo y muestra de buena fe para restaurar la confianza en jueces y magistrados", cosa que es "imprescindible".

Eliminación de la palabra "disminuidos" de la Constitución

Finalmente, en relación con la reforma del artículo 49 de la Constitución para eliminar la palabra "disminuidos", Feijóo ha planteado mantener el texto consensuado entre el PP y el PSOE, presentarlo con la firma de las dos formaciones antes de finales de año y comprometer que las enmiendas solo se aceptarán si los dos grupos están de acuerdo. Ha subrayado que, en ningún caso se puede celebrar un referéndum para la modificación y que el PSOE tiene que exigir que Sumar renuncie a él explícitamente. El PP aspira que todo este proceso pueda culminar durante el mes de enero y Feijóo se muestra optimista.

Un encuentro "oportuno" que llega después de un tira y afloja de 15 días

Para Alberto Núñez Feijóo, el encuentro con Pedro Sánchez ha sido "oportuno", se ha celebrado de manera "adecuada" y ha respondido a las expectativas: "Se podía esperar muy poco y hemos conseguido poco". El líder del PP considera que ha sido una oportunidad que no han sabido aprovechar para llegar a acuerdos y "volver al camino constitucional" y reconoce que no ha encontrado voluntad de rectificación, cosa que no lo sorprende, pero lo preocupa. "Me he llevado bastantes noes", ha lamentado, y ha reconocido que no hay futuros encuentros previstos.

Feijóo ha constado que el margen de maniobra para cualquier acuerdo es "el margen que dejen los independentistas" y, con un punto de humor, ha remarcado que a España "no le ha tocado el gordo", que está reservado por los socios del Gobierno y el independentismo.

La reunión entre los líderes del PSOE y del PP ha empezado este viernes puntual a las 10.30 h de la mañana. Justo después de saludarse, Sánchez ha regalado a Feijóo el libro Volver a dónde, un dietario del escritor Antonio Muñoz Molina que narra en primera persona cómo vivió el confinamiento. "El presidente ha querido recordar uno de los momentos más difíciles que ha vivido nuestro país en los últimos tiempos", señalan desde la Moncloa.

La cita entre Sánchez y Feijóo se programó, finalmente, este miércoles, en una de las tres fechas que la Moncloa había ofrecido a Génova. El acuerdo para el día llegaba después de un tira y afloja que se alargaba desde la primera semana de diciembre, cuando Sánchez anunció que quería reunirse con Feijóo y este pidió el orden del día por escrito. Este miércoles por la mañana, el presidente del PP envió una carta a Sánchez indicándole los temas que quería abordar e invitándolo a escoger el sitio del encuentro, pero más tarde, desde la tribuna del pleno del Congreso, lo instó a reunirse en la Cámara Baja, y no en la Moncloa como es habitual en encuentros entre el presidente español y el líder de la oposición. Sánchez señaló esta anomalía, pero aceptó el ofrecimiento.