Las primarias en el Partido Popular fueron un visto y no visto del año 2018. Alberto Núñez Feijóo, hombre tradicional, quería una cosa de las de toda la vida: una elección a la búlgara, por aclamación, sin ningún tipo de rivalidad. Y eso ha obtenido este sábado en Sevilla, donde se ha celebrado el XX Congreso Extraordinario del PP. Los compromisarios populares lo han ratificado con el 98% de los votos. Todo según el guion previsto. Ahora el reto es recoser la división interna que se esconde detrás de esta imagen de supuesta unanimidad. En su discurso, ha prometido un liderazgo diferente, empezando por la oposición al Gobierno, que será constructiva. De la misma manera, ha insistido en marcar distancias con la extrema derecha de Vox. Y ha enviado un aviso a navegantes: "Ni la soberanía ni la integridad territorial se negocian con nadie". Mientras tanto, Pablo Casado ha salido casi por la puerta de atrás.

Los resultados han sido abrumadores, como era de esperar. Sobre un censo de 3.111 compromisarios, se han emitido 2.670 votos. De éstos, 2.619 votos, el 98,35%, han ido para la candidatura única de Feijóo. También ha habido 44 votos en blanco y siete votos nulos. El auditorio, de pie, ha ovacionado a su nuevo líder que tiene que sacar el partido del callejón sin salida.

 

Una de las principales diferencias respecto de la dirección saliente ha sido la oposición que quiere hacer. El recién proclamado presidente del PP "ha garantizado el apoyo" a La Moncloa si hace lo que tiene que hacer: dejar de ocultar problemas, cesar ministros que "hacen oposición desde dentro", bajar impuestos a la energía, para aprobar las medidas que necesitan a los españoles... Y también "para no depender de nadie de los que quieren fracturar y dividir nuestro país". Ha dejado claro donde están: "En la Constitución, en el interés general y en el sentido de Estado". Y es allí donde les encontrarán para "dialogar, construir y avanzar". También ha adelantado que será una oposición propositiva, no reactiva. Ahora bien, también ha advertido que "moderación no es tibieza" y que "diálogo no es sometimiento".

Y, como en las últimas semanas, también ha marcado las diferencias con la extrema derecha de Vox: "No somos independentistas ni nacionalistas. Somos un partido que defiende la España de las autonomías, de la unidad en la diversidad". Y ha continuado: "No somos antieuropeos. Luchamos por la Unión Europea, por una Unión Europea libre y fuerte". Ha advertido que no admitirá lecciones de otros partidos: "Guárdense sus carnés de demócratas, de gente del común, de españoles y de patriotas".

Ahora bien, Feijóo también ha querido dejar claras algunas cosas al independentismo. "No puedo entender a los que condicionan el gobierno desde el menosprecio al territorio que representan; tampoco participar de la política debilitando la convivencia y erosionando las instituciones democráticas", ha criticado. Ha subrayado que "no somos independentistas, ni nacionalistas, ni condescendientes con el nacionalismo". Y ha lanzado un aviso a navegantes: "Nuestra soberanía no se negocia con nadie, nuestra integridad territorial no se negocia con nadie. Es innegociable".

De la misma manera, el político gallego ha salido en defensa de la Casa Real, a la que ya ha comunicado su proclamación como presidente del PP: "Quiero decir solemnemente que respeto al jefe del Estado y reivindico sus aportaciones a la nación sin lugar a dudas, sin ningún matiz y sin ninguna enmienda".

Política "adulta"

El último libro del expresidente Mariano Rajoy se titula Política para adultos y su compatriota gallego Feijóo también ha dejado claro que viene a hacer una "política adulta". En este sentido, ha defendido que él no ha venido para "insultar al presidente del gobierno, sino para ganarle". "España nos está esperando como lo hace siempre en los momentos difíciles. España merece más que un gobierno desbordado por la realidad y dividido. Nosotros estamos preparados, unidos", ha remachado. Ha asegurado que hay "alternativa de gobierno posible" y que saldrán a ganar, a conquistar mayorías absolutas. Para eso, ha concluido, hace falta "fiabilidad, madurez, sentido de Estado y un rumbo claro".

El aviso de Ayuso

Ya pasó en la convención del pasado octubre en València. Seis meses más tarde, la historia se ha repetido en Sevilla: Isabel Díaz Ayuso ha sido recibida con ovación y aplausos en el congreso extraordinario del Partido Popular, más que nadie más. Pasó ayer y ha pasado hoy. Ella no tenía que ser la protagonista, pero ha eclipsado a todo el mundo, incluso al gallego Alberto Núñez Feijóo que tiene que asumir las riendas de la formación. Su discurso, uno de los más esperados, estuvo a la altura de las expectativas. Esta vez cargó contra lo que ha bautizado como "ecofeminismo resiliente empoderado con perspectiva de género sostenible" y denunció que hay españoles a los que se les "priva" de poder estudiar en castellano. Y también tuvo un mensaje para Feijóo: "No nos hemos reunido aquí simplemente para ganar un congreso, sino para ganar elecciones". Todo un aviso a navegantes.