Alberto Núñez Feijóo es capaz de reivindicar un día "la vocación de estar en el centro de la política española". Y tan sólo dos días después, el presidente de la Xunta y líder virtual del Partido Popular también es capaz de comprar el ideario de la extrema de Vox en torno a la violencia machista. Lo ha hecho este jueves, después de la reunión del gobierno gallego, cuando ha negado la violencia vicaria, la que ejercen los hombres contra las mujeres a través de los hijos compartidos. Lo ha situado dentro de lo que ha diferenciado como "violencia intrafamiliar", concepto que defiende la extrema derecha. Este posicionamiento llega después del acuerdo de gobierno en Castilla y León con la formación de Santiago Abascal, que quiere sustituir la ley de violencia de género por una ley de "violencia intrafamiliar".

Ha sido en la comparecencia ante los medios para informar de los acuerdos del Consello de la Xunta de Galicia. Preguntado sobre la cuestión, el dirigente conservador ha recordado, sin más concreción, que "hace un tiempo sufrimos un asesinato producido por un padre que, por un problema con su pareja, asesinó a sus dos hijas". Y ha concluido al respecto: "Eso no es violencia machista; es violencia intrafamiliar (...) Estamos hablando de dos cosas diferentes, reales y que existen". Para justificarlo, incluso ha tirado atrás hasta sus estudios de Derecho, hace cuarenta años. Ha señalado que el parricidio estaba tipificado y entonces era "evidentemente violencia intrafamiliar". Probablemente se refería a un caso del 2015 en Moraña (Pontevedra), el de David Oubel, que asesinó a sus hijas de nuevo y cuatro años. Fue el primer condenado en la prisión permanente revisable en España.

Es sintomático del viraje del presidente de la Xunta y dirigente que cogerá las riendas del Partido Popular. Sin ir muy lejos, hace tan sólo un año, el Parlamento de Galicia aprobaba incorporar a las víctimas de violencia vicaria en la ley gallega de prevención de violencia de género. Fue aprobada por unanimidad de la cámara, por lo tanto, con los votos del PP.

Horas más tarde, Feijóo ha intentado rectificar a través de su cuenta de Twitter: "Galicia sabe lo que es que un padre asesine a sus hijos para dañar a la madre y no estaba considerado violencia de género. Por eso Galicia cambió la ley para reconocer la violencia vicaria como violencia machista".

Acuerdo en Castilla y León

Este posicionamiento llega también después del acuerdo de gobierno entre el PP y la extrema derecha de Vox a Castilla y León, que también consta de un pacto programático. Es un documento de cinco páginas que consta de once ejes de gobierno y 32 acciones. Entre estas acciones destacan la aprobación de una "ley de lucha contra la violencia intrafamiliar" que sustituirá la ley contra la violencia de género de 2010. Así quieren "actualizar la normativa vigente en materia de protección para mejorar la atención a las víctimas". El último punto también habla de "promover una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de Castilla y León".

No ha sido el único del PP que se ha posicionado en estos términos. De hecho, Feijóo respondía una pregunta sobre unas declaraciones que hizo ayer Jesús Aguirre, consejero de Salud de la Junta de Andalucía. Aguirre defendió que es mejor utilizar el concepto "violencia intrafamiliar" que el de violencia machista: "La violencia de género es la del hombre contra la mujer, mientras que la violencia intrafamiliar incluye la que se dirige contra niños o grandes. Puede ser más representativa de lo que pasa en nuestra sociedad".