Los familiares de los ocho consellers del Gobierno destituido y de los Jordis Sánchez y Cuixart, junto a los portavoces de las asociaciones soberanistas Òmnium y ANC, sumado a representantes de los partidos soberanistas ERCPDeCATEn Comú y la CUP se agolpaban este viernes a las puertas del Tribunal Supremo, a la espera de la liberación de los presos que declaraban ante el juez Pablo Llarena, nuevamente, una vez la Audiencia Nacional cedió la causa al alto tribunal. El clamor era unánime: que volvieran a casa, en un momento clave para la política catalana, a las puertas de la campaña del 21-D.

"Esperamos que se haga justicia", reclamaba la diputada de ERC en el Congreso Esther Capella, y denunciaba que la jueza Carmen Lamenla hubiera decidido enviar a los exconsellers Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Carles Mundó, Oriol Junqueras, Joquim Forn, Meritxell Borràs y Dolors Bassa, en Estremera y Alcalá Meco hace justo un mes. Capella iba acompañada de una comitiva republicana formada por los diputados Gabriel Rufián y Joan Capdevila, y la senadora Mirella Cortès, que a ratos se refugiaban del frío intenso en una cafetería próxima al tribunal.

Por el lado de Junts per Catalunya estaba su candidato Eduard Pujol, acompañado de los diputados del PDeCAT Míriam Nogueras y Sergi Miquel, además del senador Josep Lluís Cleries. Pujol ha subrayado un agravio comparativo en las candidaturas con representantes en prisión o en "el exilio". "Habrá fuerzas políticas que no podrán hacer campaña en las mismas condiciones" ha denunciado, en alusión a la lista de Carles Puigdemont y ERC. Por eso, ha reclamado que quienes "han trabajado de forma pacífica y cívica para el mandato del pueblo catalán" salieran de prisión

La coordinadora general de los demócratas Marta Pascal, igualmente ha apelado al "sentido común" para que los encarcelados volvieran a casa y ha expuesto que estaban preparados para pagar las finanzas.

En términos similares se pronunció el expresident Artur Mas, quien ha llegado a las puertas del Tribunal Supremo en torno a las 11: 30h para abonarse a las palabras de Puigdemont sobre avalar "cualquier estrategia de defensa" de los exconsejeros y los Jordis, tal que pudieran abandonar el recinto penitenciario, "recuperar la libertad", estar cerca de la familia y hacer campaña. "Hay todos los motivos del mundo para sacarlos de la cárcel", ha insistido Mas.

Desde la CUP, las representantes Bel Olid y Gabriela Serra se han mostrado a favor de la DUI, aunque Olid ha asegurado que "se respetaría" cualquier estrategia de defensa, aunque creía que este juicio no tenía "ningún tipo de sentido". La escritora y traductora feminista, sin embargo, también ha anunciado que si se producía una mayoría en contra del independentismo el 21-D, actuarían "en consecuencia". Eso sí, ha afirmado que, en caso contrario, no descartaban "sentarse a negociar los términos de la ruptura" exponía Olid, que se estrenará en la lista cupaire para el 21-D como número seis.

El portavoz provisional de Òmnium Marcel Mauri también esperaba que "se impusiera el juicio". "Desgraciadamente, la respuesta judicial hasta ahora ha sido un disparate, completamente desproporcionada" ha lamentado. Por ello, Mauri ha huido de pedir excusas sobre el alegato de los consellers, si es que decían acatar el 155 y la Constitución.

Más discretos y en un segundo plano han quedado los diputados Joan Mena y Marta Sibina de En Común, que han preferido no hacer declaraciones.

También restaban al margen de la nube mediática los familiares de los encarcelados, que soportaban las bajas temperaturas madrileñas desde primera hora de la mañana, reunidos conjuntamente ante la puerta del Tribunal Supremo, de donde se marcharon los furgones policiales el pasado 2 de noviembre.