Los 100 primeros días de Govern han conseguido confirmar Carles Puigdemont como un factor clave en el universo convergente y al mismo tiempo consolidar su perfil dentro del Palau de la plaça Sant Jaume. Partidarios y detractores le reconocen que, a pesar de la inexperiencia en la primera línea política a nivel catalán y en el medio un escenario político trufado de minas, ha conseguido superar los cien primeros días sin errores graves, y con algunos aciertos.

De hecho, uno de los principales traspiés de estos dos meses y medio está más vinculado a la política municipal que a la catalana. Fue el curioso culebrón en el que se convirtió el proceso de su sucesión al frente de la alcaldía de Girona, cuando señaló a Albert Ballesta para sustituirlo, aunque ni tan sólo era concejal. Aquel episodio acabó como el rosario de la aurora y con una nueva alcaldesa, Marta Madrenas, pocas semanas después.

Cien días

Puigdemont presentará hoy su plan de gobierno y mañana el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, le abrirá la puerta de la Moncloa que había cerrado a cal y canto después de la última cita con Artur Mas, a finales de julio del 2014. Previamente han desfilado por su despacho en el Palau de la Generalitat los líderes del PSOE, Pedro Sánchez; Podemos, Pablo Iglesias; y Ciudadanos, Albert Rivera, aparte de los responsables de todos los partidos catalanes.

Con la inestimable ayuda de todas las visitas provenientes de Madrid, Puigdemont ha conseguido hacer añicos la imagen de bloqueo y de incapacidad de diálogo con la que se había lapidado su predecesor. Paralelamente ha convivido sin especiales problemas con los socios republicanos de Junts pel Sí, aunque dentro del hemiciclo, el grupo parlamentario ha tenido que asumir lo que representa la ruptura de voto. En este punto, la entrevista secreta del líder de Esquerra, Oriol Junqueras, con el socialista Pedro Sánchez, provocó la principal nube de desconfianza entre los dos dirigentes y la conversación más tensa.

Ahora mismo uno de los principales obstáculos que tendrá que salvar el Govern, más allá de las dificultades surgidas desde Madrid, es la aprobación de los presupuestos, para los cuales, la CUP no ha comprometido el voto. Más bien, al contrario.

Puigdemont-Mas

Con este primer tramo de legislatura, Puigdemont ha quedado ya situado como un elemento imprescindible cuando se dibuja el horizonte más inmediato de Convergència. Por primera vez, el líder del partido no es también el líder institucional de la formación y, en opinón de la cúpula convergente, el modelo funciona.

De hecho, la voluntad declarada del president de no repetir como candidato una vez superados los 18 meses para los cuales se comprometió se ha convertido en uno de los principales elementos de preocupación al partido. Más todavía teniendo en cuenta que coincide en el tiempo con una cada vez más firme decisión de Artur Mas de no volver a la primera línea política institucional.

Con todo, dirigentes próximos al político gerundense, aseguran que estas semanas en el Govern le han dado seguridad, que se siente cada vez más cómodo en su nueva responsabilidad, y no descartan que pudiera acabando cediendo delante de las presiones. En CDC, mientras tanto, vuelven a surgir nombres. Neus Munté i Santi Vila, pesos pesados en la política institucional convergente aparecen siempre en la recámara.

Plan de Gobierno

Mientras, la legislatura todavía tiene mucho camino por recorrer y Puigdemont aprovechará esta semana para apretar el acelerador. Hoy comparecerá en la primera rueda de prensa formal como president para presentar su balance de estos tres meses y el plan de Govern de la legislatura.

Se trata de un plan sin calendario, dividido en tres grandes ejes –sociales, económicos y de regeneración democrática– y donde no hay ningún capítulo específico dedicado al proceso de Transición Nacional. Para “ahorrar problemas”, según admiten fuentes del Ejecutivo, esta carpeta ha queda injertada a lo largo del documento, a pesar de las críticas que esta ausencia pueda suscitar.

Mañana, Puigdemont viajará a Madrid –media hora antes de lo que se había previsto– para entrevistarse con el presidente español en funciones. Aunque no hay especial confianza en que salga nada de esta entrevista, se presentará con un orden del día bien pautado, donde la desjudicialización del debate político ocupará un lugar clave.

Internacional

El sábado, festividad de Sant Jordi, el president celebrará una rueda de prensa con periodistas internacionales. Será la misma semana que el comisarío europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, ha enviado una carta a la Generalitat valorando que el Govern trabaje para acoger a 4.500 refugiados, tal como comunicó en una misiva a las autoridades europeas, y emplazando a seguir avanzando en esta línea también al Ejecutivo español.

La carta de Avramopoulos ha provocado la reacción de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría acusando al Ejecutivo catalán de actuar unilateralmente y sin consensuar con nadie. De hecho, el Govern, a pesar de tener anulado el conseller de Exteriores no esconde la voluntad de explicar sus propuestas al mundo. Por esta razón, Puigdemont tiene programado un viaje a Bruselas, el último fin de semana de este mes. El primer viaje oficial, después de que el accidente de Freginals obligó a anular la visita prevista a París.