El artículo 62 de la Constitución Española reserva al Rey el papel de "mando supremo de las Fuerzas Armadas", aunque bajo la dirección del Gobierno español, que se el encargado de dirigir, entre muchas otras funciones, "la administración civil y militar y la defensa del Estado".

Ahora bien, a opinión del coronel del Ejército de Tierra en la reserva Javier Blasco, el monarca tiene capacidad para hacer oír su voz como "en cabeza de las fuerzas armadas" y por eso le insta a que haga un movimiento en contra de la actual situación política, en especial contra el independentismo catalán y si conviene, también contra el Gobierno español de Pedro Sánchez.

El mencionado coronel, en un artículo titula 'Ruido de sables o poner el bastón sobre la mesa', publicado en el portal de militares ultramontanos Asociación de Militares Españoles, considera que en los últimos años "se degrada y se embrutece el llamado proceso independentista catalán", y que eso comporta que cada vez haya más voces que piden "la necesidad de una intervención militar en aquellas tierras".

Desasosiego general

A esta situación, el exmilitar suma "un desasosiego general en función de una serie de extraños movimientos políticos muy poco tranquilizadores desde que Pedro Sánchez alcanzó la presidencia del Gobierno", todo gracias a una moción de censura con el apoyo de "partidos legales pero de corte populista, nacionalista, independentista, separatista y filoterrorista."

En su texto, Blasco plantea que podría pasar "en el hipotético caso de que fuera el propio Gobierno español el que por alguna de sus acciones u omisiones pusiera en peligro la unidad e integridad de la Patria", y en este caso "a quien le correspondería entonces coger las riendas de la nación" y "por eso hace un llamamiento explícito" al rey como "Jefe del Estado efectivo que es" para que "avise de las consecuencias de las derivas, iniciativas o transgresiones que pudieran ir contra la Constitución, su espíritu, mandato y contenido".

Además, pide que Felipe VI grite a "los españoles para que se levanten en íntima y pacifica rebeldeía contra estas potenciales injusticias", para añadir que las fuerzas armadas tienen que estar atentas y preparadas para, a requerimiento del Gobierno español, "a cumplir con su obligación más sagrada", que según el militar es "defender la integridad territorial y el ordenamiento constitucional".