Ni el Rey ni ningún otro miembro de la familia del jefe del Estado, ni el presidente del Gobierno -en funciones-, ni ningún miembro del Ejecutivo español asistirá este viernes a la inauguración de los Juegos Olímpicos en el Estadio de Maracaná en Río de Janeiro. El hecho ha provocado malestar en la delegación deportiva española en la ciudad brasileña, según ha podido saber El Nacional. El representante político de más alto rango que asistirá será el secretario de Estado y director del Consejo del Deporte, Miguel Cardenal. Las fuentes consultadas en el Gobierno aseguran desconocer los motivos de la situación. Pero todo apunta que la causa es el bloqueo por la investidura y la ingobernabilidad.

El agravio comparativo de Río respecto a otros Juegos Olímpicos anteriores es patente. Durante las olimpiadas en Pekín del año 2008 España envió a los entonces príncipes de Asturias Felipe y Letízia, además del ministro de Exteriores del momento, Miguel Ángel Moratinos. En Londres, el año 2012, acudió la reina Sofía, acompañada del ministro de Cultura y Deporte coetáneo, José Ignacio Wert. Esta circunstancia también contrasta con la presencia de los 45 jefes de Estado o de gobierno que sí se han desplazado a la ceremonia de esta noche, procedentes de otros países.

La ausencia tanto de la Casa Real, como de algún miembro del Consejo de Ministros, ha causado sorpresa en la delegación española en los juegos. En primer lugar, por los vínculos del Estado con Brasil y América Latina. Ambos países forman parte de la comunidad Iberoamericana y mantienen buenas relaciones entre sí. Muestra de ello era la habitual presencia del anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, en múltiples citas internacionales en América. Además, el rey Felipe VI fue abanderado de España en los juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona. Así las cosas, la agenda del monarca se ha complicado como consecuencia de la investidura y el interinato, y ha tenido que estar pendiente de la evolución de la situación política hasta el último minuto.

El Rey explicaba este jueves desde el Palacio de Miravent que le había tocado vivir un verano "atípico", donde en cualquier momento se puede ver llamado por las funciones que tiene como Jefe de Estado en el proceso de investidura. De hecho, la ronda de contactos con los partidos acabó la semana anterior, cuando todavía Mariano Rajoy no había aclarado si aceptaría el mandato. Sin embargo, podrá estar presente en la Copa del Rey Mapfre de Vela, en Palma de Mallorca. Eso hubiera llevado a otra ronda de consultas y a cancelar sus viajes internacionales. La interinidad también es la misma circunstancia que puede haber atado de manos al ejecutivo popular.

Actualmente España cuenta con dos ministros que están ejerciendo tareas por duplicado. Son el de Economía, Luis de Guindos, y el de Justicia, Rafael Catalá. El primero asume la función del de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, tras su dimisión. El segundo, las tareas de la exministra de Fomento, Ana Pastor, ahora presidenta del Congreso de los Diputados. Falta por encontrar sustituto para el de Sanidad, Alfonso Alonso, ahora candidato a lehendakari del Partido Popular en el País Vasco. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha expuesto que decidir el nuevo titular es tarea de Rajoy, pero sería una decisión momentánea porque en interinado no pueden ser nombrados nuevos miembros del ejecutivo.

La reina Sofía, Wert y Ana Botella en Londres 2012 / EFE

Así las cosas, el presidente en funciones está ocupado con las negociaciones de investidura, después de haber abierto un canal privado y permanente con Albert Rivera (C's), para la elaboración de los presupuestos. La ingobernabilidad empieza a afectar a las relaciones de España con el exterior, además de a sus cuentas públicas. Hace un par de semanas, el Estado se salvó de la multa de la Unión Europea por el incumplimiento del déficit, pero las Cortes necesitan un gobierno para aprobar el grupo de déficit que pide Bruselas. La falta de gobierno empieza a ser visible en el exterior.

Otras personalidades no políticas

Entre las personalidades no políticas, estarán en Río Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español y que lidera la delegación española en Brasil, y Juan Antonio Samaranch hijo, quien estrenará su cargo de vicepresidente del Comité Olímpico Internacional en la ceremonia de apertura.