La defensa del exdiputado de Sumar Íñigo Errejón ha pedido al juez que lo investiga por presunta agresión sexual a Elisa Mouliaá que investigue a la denunciante por un delito de obstrucción a la justicia, a causa de su actitud "coactiva, amenazante e intimidatoria" que mantuvo con una testigo a fin de que avalara su versión.

La letrada de Errejón, Eva Gimbernat, ha presentado un escrito ante el titular del Juzgado de instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, en lo que solicita que se deduzca testimonio contra Mouliaá y que se la investigue por la posible comisión de un delito de obstrucción a la justicia previsto en el artículo 464 del Código Penal. La representación del exdiputado hace referencia a "la actitud coactiva, amenazante e intimidatoria" que mantuvo la actriz madrileña con Soraya, una de las organizadoras de la fiesta y propietaria de la casa en la cual presuntamente el exdirigente de la plataforma Sumar agredió sexualmente a la actriz, a fin de que esta "modificara su testimonio y avalara su versión judicial".

"Con el fin de conseguir su espurio objetivo, y ante el miedo de tener que enfrentarse a un eventual procedimiento por denuncia falsa, Elisa Mouliaá asedió y presionó durante días y horas a la testigo, mediante mensajes de texto y de audio, para convencerla de que lo que sucedió la noche del 8 de octubre del 2021 fue lo que la denunciante expuso en sede judicial, aunque la testigo le insistió, firmemente, que lo que vio, vivió y le narró la misma denunciante en estas fechas, fue muy diferente y, por descontado, no era constitutivo de ningún delito", recoge la petición de la defensa de Errejón.

Mensajes de audio y texto

Estas conversaciones, analizadas por la defensa de Errejón y reflejadas en un informe policial entregado recientemente al juez, fechan de febrero y marzo de 2025, cuando Mouliaá tuvo constancia que el juez citaría como testigo a Soraya. En aquella conversación vía WhatsApp, la actriz admite que cree que el exdiputado no incurrió en aquel delito, pero sí hizo "abuso de poder, y se aprovechó de la situación en que estaba". En otro audio, Mouliaá le decía a la otra mujer que no contradijera su versión, que dejara "de inventar" y que "secundara su versión", advirtiéndola que: "si después vas y dices que yo estaba súper happy me jodes viva".

"Nadie está de acuerdo con tu testimonio"

"Si me citan me ceñiré a los hechos que yo vi y viví, no en lo que otros piensan o dicen de Errejón. Esto no va de ver si el chaval es buena o mala persona, eso va de una denuncia de acoso sexual que tú has puesto y en eso me ceñiré. Plantéate por qué no hay nadie de esta fiesta que esté de acuerdo con tu testimonio en lugar de intentar convencer a todos de que Errejón es un monstruo. Eso si quieres lo dejas para los platós de televisión. Nosotros somos personas con integridad", le respondió Soraya.

A medida que avanza la conversación, va subiendo de tono, tanto de forma verbal como por escrito, llegando a los insultos ('puta mentirosa', 'no me seas hija de puta', 'no tienes vergüenza'), acusándola de tener 'un problema mental' por no apoyarla y amenazándola incluso con 'denunciarla por mentirosa', utilizando el chantaje emocional". Ante esta insistencia, la propietaria del piso de la fiesta le contesta que ella es "la testigo principal" y deja clara en varias ocasiones su postura: "Yo no mentiré".

Para la defensa de Errejón, "la finalidad de la denunciante" era que la testigo "secundara los hechos denunciados" o, al menos, no la contradijera. La letrada también expone que Mouliaá "mintió por enésima vez" cuando dijo que había escrito por WhatsApp a Errejón un mes después de la agresión para que quedara constancia del contacto que habían mantenido, ya que en el informe policial se revela que aquel mensaje es del 7 de octubre de 2021, un día antes del encuentro.