La segunda ola del coronavirus en Catalunya ha inundado de tensión el Palau de la Generalitat. Los socios de Govern, ERC y JxCat, surfean el tsunami con la mirada puesta a las elecciones de febrero, una cita que hace más difícil la ya de por si compleja situación.

Este miércoles, no han sabido disimular el enésimo enfrentamiento, que ha quedado al descubierto durante la sesión plenaria al Parlament. La mañana empezaba con los republicanos plantando al resto de consellers de JxCat en la reunión prevista para abordar el plan de desescalada. Y acabará, según ha podido saber ElNacional.cat, con un encuentro telemático sobre las ocho y media de la noche. Por medio, una conversación para reconducir la crisis entre los dos máximos responsables del gobierno, el vicepresidente Aragonès y la consellera de la Presidencia, Meritxell Budó.

El comité que gestiona las medidas anti-Covid, que tenía que encontrarse esta mañana, se celebrará finalmente una vez acabe el pleno en el Parlament, hacia las ocho y media de la noche. Asistirán el vicepresidente Aragonès, la consellera de Presidencia Meritxell Budó, los consellers de Educación, Interior, Salud, Empresa, Territorio y Justicia, así como los técnicos de Salud Marc Ramentol y Josep Maria Argimon.

Los dos socios han pactado, a priori, no informar de los resultados del encuentro hasta mañana al mediodía, una vez los responsables técnicos del Procicat validen, por la mañana, el plan que se acuerde por parte del Govern. De allí saldrá, definitivamente, el plan de desescalada que aplicará Catalunya a lo largo de los próximos dos meses.

Según explican fuentes de los dos partidos a este diario, a lo largo del día ha habido varios contactos entre las dos partes para tratar de solucionar el conflicto, conscientes de que millones de catalanes están pendientes de lo que se apruebe en esta reunión anti-Covid. Aragonès y Budó se han encontrado un rato en el Parlament para hablar y calmar las aguas. También lo han hecho las respectivas jefes de filas de las dos formaciones al Parlamento, Albert Batet y Sergi Sabrià. Todos han concluido que, efectivamente, las filtraciones "vengan de donde vengan", son un problema.

Hartos de filtraciones y deslealtades

La inhabilitación del presidente Quim Torra situó ERC al frente del Govern de la Generalitat como mínimo hasta que a las elecciones del 14-F vuelvan a repartirse las cartas. Una responsabilidad que ha coincidido con el agravamiento de la situación de la Covid-19 en Catalunya.

El enfrentamiento en el seno del Gobierno bipartito no es ningún secreto. A lo largo de los últimos días, varios cconsellers no han dudado a hacerlo público con filtraciones, tuits y declaraciones públicas. Visiblemente encendido, Pere Aragonès ha pedido que se dejen de lado los "intereses individuales" en todo aquello que tiene que ver con la gestión de la pandemia. Lo ha hecho sin dirigir directamente el mensaje a los socios de JxCat, pero se le ha entendido todo.