El exteniente Luis Gonzalo Segura (Madrid, 1977) fue expulsado del Ejército ahora hace cinco años para denunciar la corrupción dentro de las Fuerzas Armadas españolas. Aquella denuncia se tradujo, más tarde, en el libro El libro negro del Ejército español. Este año ha publicado otro, El ejército de Vox (AKAL). Es conocedor del cuerpo castrense desde dentro, donde ha podido observar un predominio de la extrema derecha que no se fue con la Transición. Hablamos con él después de unas semanas convulsas, con un ruido de sables de militares retirados pero, también, de militares en activo.

Hemos visto chats y cartas de exmilitares ya retirados, pero también hemos visto militares en activo esta misma semana...
No ha sido un vídeo. Han sido tres vídeos los que ha publicado La Marea. Es un poco escandaloso...

¿Usted ha vivido episodios así en el Ejército de primera mano?
Tristemente, se trata de episodios absolutamente estructurales. Aunque el Gobierno intenta reiteradamente negar la existencia de un problema, son demasiados "casos aislados". En el último libro hago un breve inventario sobre episodios ultraderechistas asociados a las Fuerzas Armadas. Y los últimos cinco años, se han publicado más de 30 relevantes. Que no quiere decir que sean todos. Sólo es la punta del iceberg, aquellos que se publican. Presentaciones de libros ultraderechistas en el Centro Superior de Estudios de la Defensa, celebraciones del golpe de estado del 18 de julio, el manifiesto contra la exhumación de Franco... Hay muchos episodios que revelan un predominio claro de la ultraderecha dentro de las Fuerzas Armadas.

¿Y el resto de ideas?
De hecho, no se ha encontrado todavía un chat de militares demócratas. Nos dicen que el manifiesto franquista lo firmaron sólo un millar. Pero el contramanifiesto que hicimos a duras penas llegó a 30. Y de los 30, expulsaron a uno. La tendencia, la proporción es muy clara. No se puede ignorar que tenemos un problema estructural en las Fuerzas Armadas. He analizado 200 secciones electorales donde hay cuarteles militares. Hay una distorsión clara ya no a favor de la derecha, que también, sino a favor de la ultraderecha.

¿Se puede hablar de "ruido de sables"?
Más que de ruido de sables, tenemos que hablar de tutorización del país o pretorianismo. Los militares están participando en política, están delimitando el margen de maniobra del Gobierno. No olvidemos que en España la Constitución faculta a las Fuerzas Armadas para dar un golpe de Estado. Es una anomalía en cualquier otra Constitución moderna en el mundo. Son los "garantes de la orden constitucional y territorial". El año pasado, cuando se produjeron protestas en Catalunya, personas que decían que eran militares crearon una página de Facebook para acudir a Catalunya a ayudar en la represión. En muy pocas horas tenía más de 15.000 seguidores. Generó alarma y se cerró, pero nadie investigó si eran militares o no. ¿Por qué no se persiguió? Son demasiadas gotas que al final conforman un océano.

¿Un océano de impunidad?
De impunidad absoluta. Y si añadimos al cabo Marco Antonio Santos, que fue firmante del manifiesto antifranquista que fue expulsado de las Fuerzas Armadas... Pues claro, el escenario es de mucha tibieza con los comportamientos ultraderechistas y una exagerada dureza con los comportamientos democráticos. Le impusieron una falta grave sólo por firmar el manifiesto. El año 2006, el teniente general Mena, con 44.000 militares a su cargo, amenazó con un golpe de Estado cuando se negociaba el Estatut. Se le impuso una falta leve de ocho días de arresto. La cúpula militar envía un mensaje de impunidad a la ultraderecha y también un mensaje a los demócratas: si os movéis, os expulsaremos. Este contexto es refrendado por la misma Margarita Robles.

"Los militares están haciendo política, están delimitando el margen de maniobra del Gobierno"

El caso del cabo Santos es especialmente sintomático...
Es absolutamente paradigmático. No sólo le imponen esta falta grave, sino que además le investigan las redes sociales. Le hacen una caza de brujas para intentar expulsarlo. Y descubren que se manifiesta como republicano, a favor del derecho a decidir y en contra de la condena de los chicos de Altsasu... Todo eso investigado por la Guardia Civil. Entonces le imputan una falta muy grave y lo expulsan. Además, lo expulsa el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Francisco Varela. Sólo un ultraderechista expulsaría a alguien por expresar estas ideas.

La Constitución habla de la "neutralidad" del Ejército, pero sólo se expulsan a determinados militares que expresan determinadas ideas.
Efectivamente. El País ha publicado después del vídeo de La Marea que hubo tres sancionados por falta leve... ¿Sólo tres? ¿Y por falta leve? ¿Es falta leve cantar una canción neonazi con el brazo en alto en un cuartel militar? En cambio, ¿es falta grave firmar un manifiesto democrático que afirma que Franco fue un dictador? No podemos seguir negando la evidencia. Además creo que se está cometiendo un error por parte de la izquierda en Catalunya y Euskadi: minimizar este problema. Unas Fuerzas Armadas ultraderechistas, a día de hoy, no perpetrarán un golpe de Estado, porque ellos mismos dicen que "no sería bien visto". Hay un contexto nacional y un contexto internacional. Pero los contextos cambian. Quizás en 12 años es otro, con Francia gobernada por Le Pen, una Alemania gobernada por el AfD...

O sea, ¿hay sectores que estarían dispuestos a un golpe de estado si el contexto les fuera favorable?
Por descontado. Sectores... Una amplia mayoría del Ejército español estaría dispuesta a un golpe de Estado si el contexto les fuera favorable. Y no ya un golpe de estado: intervenir Catalunya y Euskadi y revertir cualquier indicio de autonomía. Se sabe perfectamente. Pongo un ejemplo. El año 2015, el último arresto que sufrí fue porque afirmé que la cúpula militar era ultraderechista y dije, siendo entonces militar, que nunca participaría de una intervención a Catalunya. La respuesta fue arrestarme 60 días. No quiere decir que no haya demócratas en un colectivo de 120.000 personas, pero es mayoritariamente ultraderechista.

¿Catalunya es la gran obsesión que provoca estos movimientos?
Sí. En todas las manifestaciones ultraderechistas encuentras un denominador común: Catalunya. Incluso el "gobierno socialcomunista" es sólo atacado cuando hay un detonante catalán. Esto es lo que más les preocupa: la unidad de España. ¿Qué pasa? Que están tutelando las políticas del gobierno con este tipo de movimientos. No son un fracaso. La gran pregunta que habría que hacer es qué pasaría si el Gobierno pactara un referéndum. Estamos jugando con fuego. Tendría que ser una prioridad desmontar la ultraderecha en el Ejército, aunque sea por nuestra propia supervivencia.

¿El auge de Vox ha agravado el problema?
Creo que Vox es parte del problema. El Ejército español era ultraderechista antes de existir de Vox. El nacimiento de Vox está ligado a militares ultraderechistas. Es muy próximo a las Fuerzas Armadas. Y por descontado, la situación actual, con más de 50 diputados, está muy ligada al Ejército. Basta mirando la cantidad de generales y altos mandos. Forman parte de lo mismo. Aquí el principal problema es que el régimen español necesita de la ultraderecha. Permite a la derecha restringir los movimientos de progreso cuando no gobierna, y a la izquierda le permite justificarse internamente y presentarse como el mal menor.

¿Cuál es el problema de fondo? ¿Quizás no se hizo limpieza durante la Transición como se vendió?
Evidentemente, ni se ha hecho limpieza ni se va a hacer nunca. No se hizo en el 81, que hubo el 23-F. En el 82, otra conspiración. En el 85, otra. En el 2006, la maniobra de Mena, secundada por muchos militares en activo. El manifiesto franquista de hace dos años... Oportunidades hemos tenido muchas para reformar las Fuerzas Armadas. Pero no hay una verdadera voluntad política. Si no, ¿cómo podemos explicar que en 2020 el PSOE no las reforme? Sólo hay dos posibles explicaciones: o por interés político o por miedo. No sé cuál es peor.

"El Rey no hará nada, entre otras cosas, porque como mínimo comulga con la extrema derecha"

¿Confías en la fiscalía y la justicia en el caso del chat de los exmilitares?
No confío en la justicia ni en la fiscalía, que no olvidemos que está controlada por el gobierno. Pero es que es incluso dudoso que se pueda hacer nada legalmente. La raíz del problema no es esta gente, sino la ausencia de una legislación. Tendría que estar penada cualquier exaltación del franquismo y el fascismo, y no lo está. Pero ha faltado voluntad política. Junto a ERC y el colectivo registré una reforma para restringir la justicia militar a tiempo de guerra, y fue justamente el PSOE quien se opuso.

Imagino que tampoco confía en Robles...
Confiar en una persona que durante muchos meses tuvo al general Galindo como asesor... Puede ser un poco temerario. Confiar en una persona que aprueba la expulsión de un demócrata para firmar un manifiesto antifranquista... Margarita Robles no tendría que haber sido nombrada ministra nunca. Y ya ha dado muchas razones para ser cesada.

Parecía que había cambiado un poco el paradigma cuando Iglesias fichó el exJEMAD... ¿Se ha notado en alguna cosa?
No. ¿Se ha producido alguna medida o propuesta para un Ejército nuevo y democrático desde la izquierda? Yo no lo he visto. Hace cinco años que lo estoy esperando.

¿Cree que el Rey tendría que salir al paso de estas cartas?
El Rey tendría que haber salido no ante estas cartas. Tendría que haber salido públicamente cuando lo vitoreaban en los actos de la ultraderecha. Tendría que haber salido y repudiado la extrema derecha, que es lo que habría hecho cualquier jefe de Estado de cualquier país democrático. El Rey tendría que haberse negado a recibir a Santiago Abascal. En cambio, lo recibió con una sonrisa. Incluso llegando tarde, ante unas cartas que lo interpelan directamente, tendría que haber respondido de forma inequívoca.

Entonces no esperemos nada del discurso de Navidad...
No lo hará, entre otras cosas, porque como mínimo comulga con la extrema derecha. Ha sido militar, ha pasado por las tres grandes academias, tiene compañeros de promoción en los tres ejércitos, participa de actos públicos y privados... El Rey sabe cuál es la ideología de los militares, y los militares saben cuál es la del Rey. No espero nada si su cargo no corre peligro.