Después que el eurodiputado popular Esteban González Pons comparara con una "cafetería" la sala donde tuvo lugar la conferencia del president del Govern, Carles Puigdemont, el vicepresident, Oriol Junqueras, y el conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, hoy el delegado del gobierno español en Catalunya, Enric Millo, ha salido en defensa suya en El Matí de Catalunya Ràdio y ha suavizado el tono del escrito asegurando que "era un consejo de amigo" y que se tiene que contextualizar.

Quitando importancia a la visita del Govern a Bruselas, y pasando por alto la poca credibilidad que su compañero de partido tenía en que asistiera mucha gente, ahora el argumento ha cambiado. Y es que habiendo visto que los asistentes superaban el aforo, Millo ha tenido que justificar las aproximadamente 500 personas que asistieron asegurando que "muchos llevaban el ticket de visitante". Y no sólo eso. También ha soltado que "el acto de ayer perjudica fundamentalmente el Govern y, de rebote, los catalanes" porque, según él, "no ha hecho un acto serio ni responsable".

Según su opinión, el Govern "se podía haber ahorrado el dinero" porque "Puigdemont dio un mitin donde vino a decir que haría lo que le dé la gana, a pesar de la ley" y, lo que es más grave para ellos, "no quieren hablar de nada más que no sea hacer un referéndum de independencia".

Hacer el ridículo

Millo también ha cargado contra la explicación de Junqueras de la economía española en el sí de la UE y lo ha tildado de "ridículo". Precisamente por eso, ha propuesto "ir a la raíz de los conflictos y desactivamos los artefactos explosivos", pero se ha abstenido bastante a la hora de hablar sobre esta cuestión para "no dar el titular". "No sé como calificar que el vicepresidente económico acuse la economía española de quiebra", se ha limitado a decir.

En este sentido, el delegado del gobierno español ha repetido lo que ya hace semanas que dice el Estado: "ofrecemos negociar un modelo de financiación más justo por Catalunya, teniendo en cuenta sus particularidades propias" porque "lo que quiero es que no haya ningún español que tenga los servicios mejor financiados que un catalán".

España gobierna Catalunya

Insistiendo una y otra vez con dialogar y "buscar fórmulas alternativas", "el delegado del gobierno español ha querido volver a dejar claro al ejecutivo catalán que "el gobierno de España seguirá haciendo de gobierno de Catalunya, tomando decisiones para resolver los problemas que tenemos los catalanes" y ha vuelto a aconsejar que "un gobierno responsable analizaría los problemas y se olvidaría de una solución que no lo es".

Para el Estado, este diálogo sigue siendo una manera de imponer sólo su criterio. De hecho, ninguna de las dos partes sale fuera de su argumento y no lo harán y, mientras el gobierno español se ratifica en su voluntad de dialogar, el catalán voz como hacerlo es prácticamente imposible. "Hay otras maneras de resolver el conflicto: dialogando y buscando fórmulas alternativas", ha repetido varias veces.

Eso sí. Millo ha querido dejar de lado la reforma constitucional asegurando que "la gente normal queremos que resuelvan nuestros problemas y eso no lo resuelve una reforma de la Constitución".