El abogado británico Ben Emmerson, miembro de la defensa internacional de los presos independentistas, ha manifestado que el movimiento independentista catalán es esencialmente un movimiento antifascista liberal que "nace de la lucha por sobreponerse al legado del franquismo".

Emmerson hizo esta consideración en La Haya, Países Bajos, durante una conferencia jurídica internacional sobre autodeterminación dentro de la Unión Europea, organizada por l'ANC de Holanda este viernes. Para el abogado, la cuestión catalana no es una discusión de nacionalismos, sino que es "una verdadera lucha por consolidar un sistema de valores democrático y liberal delante de un deep state que ha permitido perpetuar los valores de Franco".

Vulneración de los derechos humanos

El discurso de Emmerson se centró en la fractura de los derechos humanos que se ha vivido el último año en España. Volvió a remarcar que "el derecho a la autodeterminación y a poder decidir es el primero y más importante punto de los derechos humanos".

Unos de los mitos establecidos por el unionismo sobre el proceso independentista de Catalunya, ha subrayado Emmerson, es que va en contra de los valores de la Unión Europea. "Pero los líderes catalanes que yo conozco", dice, "querrían enormemente formar parte de la UE".

Partiendo de la vulneración de estos derechos humanos, Emmerson también ha puesto en duda la democracia española. "Está bien claro quién tiene razón y quién no", y ha afirmado que "esta no es una cuestión sobre nacionalismos, es una lucha por conseguir un sistema democrático verdadero".

Para Emmerson, no tendría que haber ninguna duda de que en una democracia europea debe existir el derecho político a defender la autodeterminación y la independencia. "Poder sentarse a dialogar sobre cambios constitucionales mediante medios democráticos tendría que ser la esencia de la misma democracia", ha dicho.

En este contexto, Emmerson considera que los presos políticos han estado durante un año en prisión preventiva por "ejercer un derecho político que tiene que permitir toda democracia", como es cumplir el mandato recibido en las urnas.

"No hay ningún análisis objetivo para cualquier abogado internacional razonable y no partidista de que lo que pasa en España es una violación de la Declaración Internacional de los Derechos Humanos", ha concluido Emmerson, "y de la misma manera de los valores políticos y civiles de la Unión Europea".