Hay vida, y debate, más allá de la cuestión independentista, es la eterna crítica de los partidos que no lo son y que a menudo acaban siendo los primeros en sacar el tema. Este lunes por la noche, Elsa Artadi fue la invitada en la cena con candidatos por Barcelona que organiza el think tank liberal Col·lectiu Catalans Lliures. El cabeza de lista, Quim Forn, no podía estar, por razones obvias. Dos horas y media de conversación. Ni media palabra sobre el procés. Discutir sobre el modelo de ciudad, da para mucho.

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Artadi llegaba a la cita directa de la presentación del libro de Jaume Alonso-Cuevillas a cargo del presidente Quim Torra: procés en vena. Durante el acto intentó evadirse y pincelar un guion para el coloquio que venía después. Su exposición, breve, versó sobre la ruptura de confianzas que han generado los últimos cuatro años de mandato de Ada Colau, de cómo Barcelona ha perdido la capacidad de liderazgo y de la cuestionable gestión en relación a los dos grandes problemas de la ciudad, la vivienda y la inseguridad. Para resumirlo, una frase: "es necesario un cambio, volvemos a ver heroína en las calles, trileros en la Rambla y prostitución, hemos vuelto a la Barcelona de los 80".

Más Guardia Urbana, más oportunidad al alquiler

La número dos de Junts per Catalunya en Barcelona venía con los deberes aprendidos, cifras en mano. "En la época Trias la inseguridad decreció al 15%, con Colau se ha disparado hasta el 20%". No le costó demasiado ganarse al público. Artadi recordó cómo la actual alcaldesa decidió no crear una concejalía específica de seguridad y prefirió asumir ella las funciones. "Desde entonces, no ha habido promociones a la Guardia Urbana". Según la exconsellera de Presidencia se necesitan más agentes. Si ahora hay 2.700, lo ideal -y realista- sería llega a los 3.300 a final de mandato, apuntó.

La crítica principal a Colau por parte de Artadi radica en el aislamiento con el que a su parecer gobierna la alcaldesa, la falta de comunicación con el resto de administraciones, con los vecinos y con el sector privado. Como ejemplo, la gestión del top manta. Artadi defendió la necesidad de una cooperación mejor y más intensa entre adminsitracions, "porque en este conflicto confluyen varias competencias".

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Con respecto a la vivienda, desde Junts per Catalunya apuestan por enmendar la tendencia a la propiedad. Sólo el 20% de los pisos en Barcelona son del alquiler y de estos, sólo un 2% se destinan al alquiler social. En este aspecto, Artadi criticó las promesas incumplidas de Colau. "Llegó a prometer 8.000 pisos y ha hecho 1.700, tenemos que potenciar el fact checking". Al mismo tiempo, insistió en la necesidad que entre partidos y entre administraciones haya una batalla para ver quién es más social. Hace falta dijo, ser realistas y hacer promesas que sean factibles. Una de sus propuestas pasa por reconvertir en vivienda los centenares de locales comerciales que hay en desuso en la ciudad.

El taxi y las VTC, la piedra en el zapato

El momento en el cual el toma y daca fue más intenso fue cuando los organizadores del acto cuestionaron la gestión del conflicto el taxi, aprovechando, además, que Artadi está totalmente al caso, ya que era la número dos de Torra cuando el problema estaba en plena ebullición. La exportavoz reconoció que el decreto que promovió el Gobierno fue para parar el golpe y pidió confianza en la ley integral en la cual está trabajando el ejecutivo.

Para acabar, una confesión. Cuando se hizo público que Artadi aspiraba a la alcaldía, el móvil se le inundó de llamadas de viejos conocidos pidiéndole audiencia: "te tengo que explicar el problema que tenemos". Tiene trabajo...