La elecciones regionales celebradas hoy en Berlín han ratificado la erosión de los grandes partidos, especialmente la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, y han consolidado a la derecha radical, que consiguió el acceso a la Cámara de la ciudad-estado y capital del país.

El Partido Socialdemócrata (SPD) se mantiene como primera fuerza, con un 23%, pero no podrá reeditar la coalición que lideraba apuntalado en la CDU, en segunda posición con un 18%, según las proyecciones coincidentes de las televisiones públicas ARD y ZDF, al cierre de los colegios electorales.

Derecha radical

La derecha radical de Alternativa para Alemania (AFD) obtuvo un 12,5%, una pizca por debajo de las expectativas de esta formación emergente pero que le garantiza una sólida representación en otra Cámara regional, la decena donde consigue escaños del total de 16 "Länder" del país.

Las dos grandes formaciones tradicionales, SPD y CDU, han sufrido notables caídas de votos, de unos cinco puntos cada una, y han quedado en mínimos históricos.

Los Verdes y la Izquierda, los potenciales nuevos aliados del alcalde-gobernador socialdemócrata Michael Müller en un tripartito, obtuvieron un 16,5% y un 15,5%, lo que significa una leve pérdida para los ecopaficistas y un aumento para los segundos.

El retorno de los liberales

Los comicios representaron, por otra parte, la vuelta a la Cámara de la ciudad-estado del Partido Liberal (FDP), que después de quedar relegado a extraparlamentario en 2011 obtuvo ahora un 6,5%.

Las regionales de la ciudad-estado, con 2,5 millones de electores, seguían a las celebradas quince días atrás en el "Land" de Mecklenburg-Pomerània Occidental, en el este del país, en que la CDU de Merkel sufrió la humillación de ver superada en votos por la AFE.

Después de los comicios de hoy, esta formación de nuevo cuño se perfila como imparable en su siguiente gran objetivo declarado, que son las generales previstas para dentro de un año, en septiembre de 2017.

Ultraderecha

Ninguna formación del espectro ultraderechista consiguió hasta ahora representación en el Parlamento federal (Bundestag) y la misma AFD se quedó en 2013 en las puertas de conseguir-, después de situar unas décimas por debajo del listón mínimo del 5%.

Entonces concurría como aglutinante del voto euroescéptico -que no cuajó entre el electorado alemán-, mientras que con la crisis migratoria mutó su discurso hacia la xenofobia y ha reclutado el voto de protesta contra la acogida de refugiados.

A pesar de la sangría de votos, el SPD seguirá siendo la fuerza dominante en la capital, después de haber liderado todos los gobiernos regionales desde 2001.

Para el socialdemócrata Müller fue una victoria fácil que le permite permanecer en el lugar que recibió de su correligionario Klaus Wowereit, retirado en 2014.

Wowereit gobernó durante trece años al frente de diferentes coaliciones -con los Verdes, después con los postcomunistas y finalmente con la CDU- y todo apunta que Müller conseguirá armar un tripartito.