No han pasado ni 24 horas del cierre de los colegios electorales y la Fiscalía ya ha vuelto a mover ficha para revocar el tercer grado de los presos independentistas concedido justo al inicio de la campaña del 14-F. Aunque en un primer momento anunció que presentaría recurso, el ministerio fiscal ha esperado que pasaran los quince días de carrera electoral. En ERC tienen claro que si no lo han hecho antes es porque calculaban que se les podría girar en contra y movilizar a más electores a favor del independentismo. Ahora, los republicanos ponen el grito en el cielo. "No han entendido nada", ha lamentado la portavoz Marta Vilalta.

Si bien el PSC ha ganado las elecciones en votos, la victoria de Illa es insuficiente. El resultado del independentismo, que sube hasta los 74 escaños, sólo deja un camino posible, que es que la presidencia de la Generalitat quede en manos de Pere Aragonès. Su partido tiene claro que el recurso de la Fiscalía "es la respuesta del Estado vengativo a las urnas". La conclusión de Vilalta es que como el independentismo sigue siendo mayoría, ahora "intentan ganar lo que no pudieron ganar en las urnas". Y ha añadido un dardo al gobierno Sánchez: "Ya sabemos de quién depende la Fiscalía".

Los cuatro presos de Esquerra Republicana han tenido un papel activo durante la campaña, especialmente Oriol Junqueras y Raül Romeva. Carme Forcadell y Dolors Bassa también han participado, pero de manera más testimonial.

Compromiso intacto con el diálogo con Madrid

En cualquier caso, desde de ERC mantienen intacto su compromiso por la vía dialogada e invitan al Gobierno de España a "entender que la respuesta tiene que ser política". "Por mucho que intenten cerrar a los presos, las urnas han hablado claro", ha recordado Vilalta, que ha avisado "los aparatos del Estado" de que "no se saldrán con la suya". Contra las decisiones judiciales, ERC insiste en que se dejará la piel para conseguir que en Madrid se avengan a la amnistía y al referéndum pactado.

El presidente del Gobierno de España se comprometió en el Congreso a volver a reactivar al mesa de negociación con Catalunya inmediatamente después de las elecciones. Los republicanos son partidarios de esperar a que se haya resuelto la investidura y la formación de un nuevo gobierno en Catalunya. La fecha límite para la primera sesión de investidura es el 26 de marzo. La intención de ERC es, no sólo que Pere Aragonès pueda salir airoso y llegar a la presidencia, sino construir una gran coalición de gobierno que incorpore a Junts, la CUP y los comunes, para garantizar así una mayoría parlamentaria sólida que permita transitar por la legislatura con cierta tranquilidad. Es decir, lo contrario de lo que ha pasado los últimos 15 años.