Normalidad institucional. Es una expresión que el PSC está utilizando reiteradamente para referirse a las relaciones actuales entre Catalunya y el Estado, y que empieza a reflejar correctamente la realidad. La ha usado ya en referencia a la Comisión Bilateral celebrada hace diez días, y también para hablar sobre la mesa de diálogo, pospuesta sine die y que no se reúne desde septiembre. Ahora, ha sido el Mobile World Congress (MWC), inaugurado ayer y con las puertas abiertas desde hoy, que ha llevado a los socialistas a celebrar, precisamente, la "normalidad institucional" que ya se evidencia en las relaciones entre el Govern de Catalunya y las instituciones del Estado.

"Tanto la inauguración de ayer como la de esta mañana han demostrado la normalidad y la necesaria relación entre los diferentes niveles de representación institucional en Barcelona, Catalunya y España", ha afirmado hoy la viceprimera secretaría del Área de Organización y Acción Electoral, Lluïsa Moret. Y es que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, el del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI ya han coincidido en varias ocasiones en el marco del MWC. "Todos estamos alineados con un acontecimiento de esta dimensión, que es un motor económico extraordinario", ha señalado la socialista. "Es un elemento más de la recuperación económica de nuestro país y de Barcelona, y un ejemplo de la normalidad de nuestra vida".

 

La Catalunya del reencuentro

Aragonès y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se presentaron anoche al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), donde tuvo lugar la cena, aunque en su llegada evitaron el besamanos a Felipe VI. Ahora bien, una vez hecha el recibimiento protocolario, compartieron los saludos y unos instantes de conversación con Sánchez, que se centraron en la situación en Ucrania. Durante los parlamentos previos a la cena, el presidente español dedicó un reconocimiento al monarca y su asistencia año tras año a este acto. "Quiero agradecer una vez más la presencia de nuestro jefe de Estado que nunca falta a la cita".

Esta mañana, Aragonès y Colau han plantado al rey en su llegada a la inauguración del MWC. De hecho, ya hace años que es protocolario que ni el presidente del Govern ni ninguno de sus consellers reciba al monarca en ninguna de sus apariciones en Catalunya, hecho que se ha convertido en todo un clásico. Pero después de la llegada, Felipe VI se ha reunido con varios representantes de empresas participantes en el congreso donde se le han mostrado las últimas novedades que se presentarán durante estos días. Una reunión, esta vez sí, en la que estaba prevista la participación del presidente Aragonès y la alcaldesa Colau.

Ninguna protesta contra el rey

Muy lejos quedan situaciones como la que se produjo cuatro años atrás cuando en pleno 155 esta cena se celebró en el Palau de la Música y obligó a blindar toda la Via Laietana a raíz de las manifestaciones contra la presencia del rey. La cita de ayer por la noche se desarrolló con total normalidad, sin protestas, como ya va siendo habitual en las visitas del monarca a Barcelona. De hecho, la tensión política entre Catalunya y España no apareció tampoco a las intervenciones. Solo y de manera implícita en el reconocimiento de Sánchez al monarca y la insistencia del presidente español que el Mobile de este año se inaugura "en la Catalunya del reencuentro".

Mesa de diálogo y Ucrania

Volviendo a las declaraciones de Lluïsa Moret, la socialista también se ha referido a la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Estado, y ha asegurado que esta corresponde a los dos gobiernos decidir cuándo se producirá. Eso sí, se ha apresurado a reivindicarla como una muestra "positiva" de la normalidad entre las dos partes, una buena relación que, dice, viene de la Comisión Bilateral. Sobre la guerra en Ucrania, ha reafirmado su condena a la invasión rusa, por lo que ha compartido su solidaridad con los afectados. "Hace falta más Europa que nunca, hay que poner todos los recursos para defender Europa y los valores europeos", ha afirmado, y ha aprovechado para celebrar el papel del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el socialista Josep Borrell.