Álvaro de Orleans-Borbón, primo del rey Juan Carlos I y presunto testaferro del mismo, esconde en 21 sociedades offshore un total de 84 millones en viviendas, acciones y efectivo, según informa El Confidencial. Borbón es responsables de la Fundación Zagatka, donde presuntamente el rey emérito cobraba comisiones irregulares y utilizaba para pagar vuelos privados por todo el mundo. La mayoría de las firmas se encuentran en Panamá y Liechtenstein, según consta en las diligencias del fiscal del lado de Ginebra que investiga la fortuna oculta de Juan Carlos I.

Orleans no ha sido imputado en el procedimiento, pero la sospecha plana sobre él. Hasta tal punto que el fiscal congeló y sus cuentas y las de sus empresas. El primo del rey llegó a declarar ante el fiscal suizo en octubre de 2018. Orleans no pudo justificar el origen de 6,5 millones de euros que se ingresaron Zagatka ni los 4,6 millones de euros que cobró de OHL, una entidad relacionada con las actividades del rey emérito. A pesar de la incapacidad del Borbón de justificar estos movimientos millonarios el fiscal liberó sus cuentas.

El sinsentido de la red offshore

Orleans vive desde hace 40 años en Mónaco, donde no existen los impuestos de sociedades, ni de dividendos, ni de propiedad, como recuerda El Confidencial. Si el supuesto testaferro del rey estaba exento de esta carga fiscal, es posible preguntarse: ¿por qué querría sufragar durante años 21 redes offshore que no le reportaban ningún beneficio fiscal?

Las diligencias de Suiza no han aclarado porque Orleans guardaba estos activos detrás estructuras opacas a la Fundación Zagatka. Sin embargo, como recuerda el periódico digital, mantener las redes offshore es costoso y solo sale a cuenta para las grandes fortunas que quieren eludir los impuestos en los suyos digiriera. El hecho de que Orleans no tenía que pagar impuestos a su país abre la puerta a especular porque gastaría tanto dinero en acciones que, a priori, no lo benefician.

Fuentes próximas al entorno de Álvaro de Orleans-Borbón han justificado a El Confidencial porque creó y mantuvo las 21 compañías opacas. Las fuentes del digital aseguran que: "Álvaro de Orleans-Borbón empezó a residir en Mónaco en los años 70 después de su salida de Italia, su país natal, a causa de las amenazas con que grupos terroristas como Brigadas Encarnadas asediaban a miembros de su familia o amigos próximos, entre los cuales llegó a haber víctimas mortales. Así, la residencia y gestión de su patrimonio persiguió desde entonces asegurar la máxima discreción y privacidad para él y su familia".

 

Imagen principal: El rey emérito Juan Carlos I durante un acto / ACN