"En ningún caso" el Govern tiene intención de bajar la guardia en el confinamiento para combatir el coronavirus la próxima semana. Con esta contundencia lo ha asegurado el conseller de Interior, Miquel Buch, en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consell Executiu.

De hecho, el Govern espera conocer en qué condiciones el Estado hará efectivo el levantamiento del confinamiento para trabajos no esenciales a partir del 9 de abril, cuando acaba el plazo fijado para el decreto de confinamiento del gabinete de Pedro Sánchez, y especialmente a partir del próximo lunes, cuando acaban las vacaciones de Semana Santa.

El ejecutivo catalán trabaja con diferentes escenarios, a partir de las limitaciones que fije el levantamiento del confinamiento total del Estado. A partir de aquí articulará su propia respuesta.

La consellera de Salut, Alba Vergés, ya había apuntado ayer que las medidas de desconfinamiento se tendrían que poner en marcha cuando se registre en Catalunya una reducción sostenida de casos durante 14 días. De momento, los datos de ayer sobre la extensión de la enfermedad apuntaban, después de cuatro días de descenso de las cifras, un leve repunte de los casos de muertes e infectados. Sólo ayer se sumaron al balance de Salut 149 nuevas víctimas del coronavirus.

En este proceso, el Govern tiene previsto un desescalamiento del confinamiento con diferentes intensidades dependiendo del territorio y la población. Vergés ha subrayado en la rueda de prensa de hoy que no será lo mismo lo que se hará en Barcelona o ciudades del área metropolitana que el levantamiento de las medidas que se podrá aplicar en areas de menor densidad de población.

No obstante, el Govern evita avanzar datos y se remite al informe que hoy ha encargado al epidemiólogo Oriol Mitjà sobre qué manera se tendría que llevar a cabo la salida del confinamiento. El informe se tendrá que entregar al Consell Executiu en un plazo de 15 días.