Las condecoraciones en el cuerpo de Policía Nacional comportan el pago de prestaciones económicas a los agentes para agradecer sus servicios. Este dinero se destina a aumentar la pensión del agente condecorado. Si bien es una práctica común a los cuerpos de seguridad en el caso de la Policía Nacional el sobrecoste es millonario. Cada año la Dirección General de la Policía destina casi 13 millones de euros a estos pagos, una cuantía 15 veces mayor que la que invierte la Guardia Civil en sus reconocimientos, según informa El Independeniente.

El Gobierno ha cifrado en más de un millón de euros mensuales el importe que del Cuerpo Nacional dedica al abono de las condecoraciones pensionadas a los casi 5.000 agentes beneficiarios. Cifra que anualmente se sube hasta los 12.891.832 euros.

Los mismos sindicatos policiales encuentran este gasto desmesurado. El sindicato Unión Federal de Policía (UFP) ha denunciado que con esta cantidad de dinero se podrían construir dos oficinas locales. El sindicato también ha señalado que no solo se gastan cantidades desmesuradas, sino que los criterios para condecorar los agentes son, como mínimo, sesgados.

Más reconocimiento desde el despacho que en Afganistán

Si los sobrecostes de las condecoraciones a la Policía Nacional no fuera suficiente, el funcionamiento de estos reconocimientos ha abierto ampollas entre los miembros del mismo cuerpo. Para empezar, de forma tradicional, por la festividad de los santos ángeles custodios, el 2 de octubre, los ministros de Interior da cada año la orden del mérito a un número de funcionarios que se considera que han contribuido a prestigiar el cuerpo policial. Dependiendo de la medalla se recibe una compensación u otra: oro (incremento del 20% de la pensión), plata (15%), roja (10%) y blanca (ningún incremento en la pensión).

Partiendo de la base que cada año, a toda costa, se condecoran un gran número de policías en esta festividad, hecho que de por sí solo implica un gasto importante. Se tiene que añadir que los motivos que llevan a condecorar a unos agentes y no otros levantan sospechas.

La UFP denuncia que en muchas ocasiones las condecoraciones sirven como un "intento encubierto de la pensión de jubilación de determinados miembros" del cuerpo. Una motivación que poco tiene que ver con lo que se reconoce a la Ley de Condecoraciones Policiales: resultar herido en acto de servicio, demostrar un alto valor en circunstancias en que corra peligro o por hechos "distinguidos y extraordinarios" en que quedara patente un peligro personal.

La sospecha de la falta de motivos reales para condecorar a algunos agentes no es exclusiva del sindicato. El año pasado la UFP llevó ante los tribunales la concesión de unas medallas a unos comisarios jubilados que tenían el mismo reconocimiento que un policía herido en una

Este año esta tendencia ha llegado a un nuevo extremo. Solo unas semanas después de la evacuación de Kabul, el cuerpo policial ha decidido condecorar con la medalla de plata a comisarios a punto de jubilarse o ya jubilados y solo con la medalla roja en los agentes que se jugaron la vida en Afganistán.

"La pregunta es inevitable. Si a los de Kabul les han dado la roja, habiéndose jugado la vida, evitando la muerte de otros, participando en la evacuación de centenares de nacionales y colaboradores de España en este país, en un escenario de guerra, salvaguardando los archivos de la embajada, escoltando al personal diplomático... ¿Qué es lo que han hecho estos cuatro miembros de la escala superior para obtener la de plata"?, plantea la UFP.

Sumas millonarias que se gastan motivadas por el amiguismo, lo que el sindicato describe como un "ejercicio de nepotismo".

 

 

Imagen principal: Un grupo de agentes del cuerpo de Policía Nacional / Europa Press