Por mucho que la ministra de Defensa, Margarita Robles, proclamará este domingo que “las fuerzas armadas son totalmente democráticas”, lo cierto es que no solo los recientes manifiestos militares la desmienten, sino que hay muchos más datos que demuestran que el poso franquista sigue vigente en muchos cuarteles.

Es un indicio claro que allí donde hay cuarteles, los resultados electorales delatan un apoyo al partido de ultraderecha Vox muy por encima de la media, pero lo es también que firmantes de algunos de los recientes manifiestos mantengan actitudes de dudosa raíz democrática. Se supo la semana pasada que la Fundación Nacional Francisco Franco estaba detrás de estos murmullos de sables y ahora se ha recordado que, en fecha tan reciente como 2006, más de treinta años después de la muerte del dictador, el general de división Francisco Fernández se negó a retirar un cuadro de grandes dimensiones de Francisco Franco dentro de la principal base militar de Melilla.

Fernández fue cesado de forma fulminante ante esa actitud tan poco democrática, pero, como revela hoy Voz Populi, resulta que aquel general ha sido uno de los impulsores de la carta enviada por 73 excomandantes del ejército de Tierra a Felipe VI, donde criticaban la situación política actual e implícitamente se ponían a su servicio para lo que pudiera necesitar para resolver la situación.

La excusa de un Museo que no era tal

A principios de 2006, Fernández se resistió a descolgar el lienzo del dictador fascista al mostrar su "disconformidad" con la orden recibida por su superior jerárquico, el jefe de la Fuerza Terrestre, el teniente general Pedro Pitarch. Según el expediente del general Fernández, al que ha tenido acceso el medio citado, ese militar defendió la presencia de un retrato de Franco porque el dictador "había sido teniente y capitán en esa unidad" cuando estuvo al frente de la Legión y que "por eso estaba en el museo", aunque no se trataba de ninguna instalación museística, sino de la Sala de Mandos, el centro de poder de la base.

Además, resultó que el cuadro había sido colgado en fechas recientes, ya que se trataba de unas instalaciones inauguradas recientemente. El cuadro finalmente fue retirado y Fernández cesado, pero la huella de los defensores de Franco no parece haber sido borrada.