El diputado de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, ha defendido este viernes que su candidatura sólo contempla que Carles Puigdemont sea investido nuevo presidente porque "si ahora cedemos con la presidencia de la Generalitat, después lo haremos con todo".

En una entrevista en Catalunya Ràdio, Pujol ha explicado que no se trata de una "adhesión personal" a la figura del presidente en funciones, Carles Puigdemont, sino a la institución de la presidencia de la Generalitat.

En este sentido, el diputado de JuntsxCat cree que hace falta "responsabilidad atomizada" para que "el país no caiga". "Que cada uno se mantenga en su responsabilidad sin miedos", ha pedido a Pujol en referencia al pleno de investidura, en un mensaje al presidente del Parlament Roger Torrent.

Sobre el artículo 155, que en campaña JuntsxCat insistió que quería borrar, Pujol ha defendido que Catalunya "no se puede convertir en una muñeca sometida a la arbitrariedad" de este artículo, y que por lo tanto "hay que enviarlo a la papelera de la historia". "Si en Catalunya no decidimos los catalanes, entramos en saco roto", ha añadido.

A pesar de la oposición al 155, asegura que no tienen ningún plan B por si se mantiene su aplicación en caso de que se pretenda investir a Puigdemont, ya que ahora "no hay que renunciar ante la arbitrariedad que propone el gobierno de Madrid".

En este sentido, Pujol se borra de cualquier opción que él mismo pueda ser el nuevo presidente del Govern. "¿Presidente, yo? Ya digo que no", ha sentenciado.

"Europa está perpleja"

Sobre la reunión entre el president del Parlamento, Roger Torrent, y el candidato a la presidencia del Govern, Carles Puigdemont, Pujol ha asegurado que "en Bruselas se ponen las manos en la cabeza por la atrocidad que se vivió". Se refiere así al hecho de que el encuentro no se pudo desarrollar en la Delegación del Govern en Bruselas por órdenes del Ejecutivo español.

También sobre la visión europea del conflicto catalán, el diputado de JuntsxCat ha querido dejar claro que "Europa está perpleja" con las decisiones de la justicia española, y ha sentenciado que quien tiene una verdadera "crisis de estado" no es Catalunya, sino el Estado español.