El comité de campaña de Democràcia y Llibertat (DiL) se reúne cada día a las ocho de la mañana. Y hoy ha podido acceder El Nacional. “Alguien tendría que decir que las conversaciones entre JXSí y la CUP no van nada bien, para que así salga la CUP a decir que van muy bien”. La propuesta es de Lluís Corominas, miembro de la dirección de CDC, y provoca la risa de los presente. La reunión es muy distendida. Se nota que se cuenta por horas lo que queda para acabar la carrera hacia el 20D.

No obstante, el tema cupero –la investidura de Artur Mas, todavía incierta; la legislatura, si es que empieza...– sigue preocupando. El director de campaña, Jordi Cuminal, insiste en que hay que evitar toda valoración política sobre las negociaciones entre la CUP y JxSí: “tenemos que intentar no ponerlo en campaña”.

Hay aspectos de la negociación, como la situación de las escuelas concertadas, que preocupan mucho a la militancia convergente. Unió ha aprovechado para hurgar en este flanco a pesar de que CDC haya garantizado repetidamente que la escuela concertada no entra en la negociación.

Unió y la credibilidad

El último en sacar el tema ha sido el democratacristiano Josep Sánchez-Llibre. “Miente con una impunidad...”, critica Josep Rull, coordinador general de CDC. “No es creíble”, remacha alguien. Nadie diría que hace cuatro años Sánchez-Llibre se sentaba en aquella misma cita.

Entre los asistentes hay dos exdirigentes de Unión, Antoni Castellà i Titon Laïlla, actualmente en la cúpula de Demòcrates per Catalunya, socios en la coalición DiL. Unas siglas que, curiosamente, coinciden con las iniciales de Duran i Lleida.

Sin acto Mas-Junqueras

La reunión se celebra en torno a unas mesas blancas dispuestas en forma de rectángulo inmenso. Preside Cuminal. A su derecha, Josep Rull y, a la izquierda, Joan Vidal, director de la oficina del president de la Generalitat.

Uno de los temas principales de la reunión es el debate en TV3 que se tiene que celebrar por la noche. Pero también se comenta la reunión con ERC en la sede de la ANC y la agresión que el día anterior ha sufrido el presidente del Gobierno español y candidato del PP, Mariano Rajoy.

Hoy hay personas extrañas en la reunión. Nadie habla de ERC ni por qué se ha desestimado el acto que en las últimas horas los republicanos han propuesto celebrar con Mas i Junqueras.

Presidència

Josep Martí, secretario de comunicación del Govern, sigue por Twitter la entrevista a Artur Mas que se hace en aquel mismo momento en RAC1. De vez en cuando, canta un titular. Cerca de él está el secretario de Estudis i Programes de CDC, Jordi Baiget, i también secretario del Govern. No falta ninguno de los pesos pesados de Presidència.

La sala está muy bien iluminada por dos inmensos ventanales. La reunión se hace en la séptima planta de la sede de Convergencia, en la calle Còrsega de Barcelona. Una sede ya vendida y en la cual de aquí unos meses se harán pisos. Pronto la sala de reuniones de CDC se convertirá en un comedor con vistas privilegiadas. De momento, sin embargo, continúa la planificación del 20D.

La campaña pintaba muy difícil para Democràcia i Llibertad al arrancar, pero las encuestas indican que DiL continúa enganchado al grupo de cuatro o cinco partidos que encabezan muy muy cerca los sondeos en Catalunya.

Cada elección, un nombre

La reunión del comité se divide en dos partes. Una primera, más política, de estrategia, mucho más reducida. A partir de las nueve se suman los responsables de las cuestiones más logísticas y la asistencia se multiplica: casi 25 personas. La media de edad cae en picado. Corominas hace el relevo en la cabecera de la mesa a Rull, que se tiene que marchar con Antoni Castellà. Sólo hay un ordenador puesto en marcha encima de la mesa.

A veces, pocas, se ha presentado el candidato, Francesc Homs, a la reunión. En una ocasión, la logística de la campaña obligó a convocar la cita matinal en un hotel donde se celebraba uno de los actos de campaña.

Llega el momento del repaso de los actos a pie de calle. El día anterior se hizo una acción en el Auditorio con personas mayores y funcionó muy bien, se asegura. Permite concluir que está bien identificada la candidatura de Convergència en las siglas de DiL. “Cada elección tendríamos que cambiar el nombre, la gente se motiva mucho más”, ironiza Corominas. Y vuelve a provocar carcajadas.

Fotos: Sergi Alcàzar