En la historia reciente de Occidente existen dos casos que tienen similitudes con el Consell per la República y que fueron un éxito, y que llevaron a sus países a la independencia.

Israel

 

El caso más conocido es la Agencia Judía, denominada Sojnut, que se creó el año 1929 al margen del mandato británico en Oriente Próximo. El Congreso sionista empezó a idear la Agencia en 1908 todavía durante la ocupación otomana, pero no empezaría a funcionar hasta veinte años después ante los británicos. La Agencia se dedicó a crear instituciones paralelas a las británicas, y a menudo en confrontación contra ellas, como la creación de asentamientos por la llegada de judíos de la diáspora, una representación internacional, la creación de la red educativa de los kibbutz, enseñanza del hebreo, y más adelante fue la comandancia de las entidades "de autodefensa" como la Haganà, que era la más importante al lado del Palmaj, y también el Irgun, que era la segunda en potencial. En 1946 el gobernador británico ordenó la detención de destacados miembros de la Sojnut, en la denominada operación Agatha, que hizo 2.700 detenciones, pero no consiguió desactivarla y siguió operando.

Según explica el profesor de historia judía Ariel Kaniewsky, la Agencia Judía creó una especie de gobierno judío provisional (el Consejo Nacional) al margen del mandato británico, antes de la proclamación de la independencia en 1948. La Sojnut trabajaba a partir de donaciones, y se comenta que los judíos llegaron a pagar impuestos por duplicado: a los británicos, y para sufragar la Agencia. "¿En qué se parecen la Sojnut y el Consell per la República? En todo. La Sojnut, como el Consell per la República, funcionaba exclusivamente gracias a donaciones. El objetivo era claro: la conquista del derecho a la autodeterminación y el reconocimiento internacional", considera Kaniewsky, que tiene un hilo de Twitter sobre esta cuestión.

David Ben Gurion fue el presidente de la Sojnut desde 1935 y hasta la independencia. Después del fracaso de la partición aprobada en la ONU, porque los árabes no la aceptaron, el Consejo Nacional aprobó ir a la independencia y redactó la declaración de la DUI. Como no había ningún Parlamento autonómico, Ben Gurion la leyó en el Museo de Tel Aviv a las 4 de la tarde del 14 de mayo de 1948. Antes escogió el nombre del país entre las cuatro opciones que tenía sobre la mesa: Judea, País de Sión, Palestina (el nombre inventado por los romanos que habían recuperado a los británicos) e Israel. Optó por este último.

 

Estonia

 

El caso de Estonia también mantiene similitudes con el caso catalán, porque allí ya había también un Parlamento autonómico preexistente, en este caso el soviético. Y los independentistas estonios crearon en 1989 el denominado Congreso de Estonia, al margen de las normas soviéticas.

El Congreso se centró en crear un registro de ciudadano estonio, de inscripción voluntaria. Y un año después, en plena efervescencia política en la URSS, se habían apuntado a él 790.000 personas, que representaban el 60% de la población del país.

El Congreso de Estonia dio el paso decisivo convocando unas elecciones unilaterales el febrero de 1990, al margen del Soviet Supremo de Estonia, que era el Parlamento federal de aquella época y que también tenía previstos comicios. A causa de la popularidad del Parlamento entonces fake, la mayoría de los partidos decidieron presentarse a las elecciones de los dos legislativos al mismo tiempo, las primeras en las que se podían presentar partidos en el mundo soviético. Pero el Parlamento independentista fue a forzar las costuras soviéticas y permitió además la votación de los estonios residentes en el exterior. El Congreso de Estonia reivindicaba la continuidad con la República estonia de 1918, que fue aplastada por los rusos después de la revolución.

El gobierno de la URSS intentó impedir los comicios del Congreso de Estonia, pero no lo consiguió, y eso resultó decisivo. Hundiéndose por momentos, la Unión Soviética tuvo que asumir la legitimidad del nuevo Parlamento estonio, y al mismo tiempo mantuvo al soviético, en una situación contradictoria. El 3 de marzo de la 1991 Estonia celebró un referéndum sobre la independencia, y la DUI se declaró el 20 de agosto de aquel año.

El problema de legitimidad que suponía la existencia de dos parlamentos se resolvió en septiembre de 1991, cuando se formó una asamblea con un número de miembros igual del Soviet Supremo y del Congreso de Estonia, para redactar una nueva constitución para la República. La nueva Constitución fue aprobada por referéndum en junio de 1992 y tanto el Congreso de Estonia como el Soviet Supremo se disolvieron en octubre de aquel año, con la toma de posesión del primer Parlamento bajo la nueva carta magna.

En la fotografía principal, una manifestación independentista en Estonia, el 1989 / Ants Kern Viquipèdia